Text 37
‘pāiluṅ vṛndāvana-nātha, punaḥ hārāiluṅ
ke mora nileka kṛṣṇa? kāhāṅ mui āinu’?
pāiluṅ—he encontrado; vṛndāvana-nātha—el Señor Supremo de Vṛndāvana; punaḥ—de nuevo; hārāiluṅ—he perdido; ke—quién; mora—Mío; nileka—se ha llevado; kṛṣṇa—el Señor Kṛṣṇa; kāhāṅ—dónde; mui āinu—he venido.
Śrī Caitanya Mahāprabhu dijo: «Había encontrado a Kṛṣṇa, el Señor de Vṛndāvana, pero he vuelto a perderle. ¿Quién Se ha llevado a Mi Kṛṣṇa? ¿Adónde he venido?».
SIGNIFICADO: Éstos son los sentimientos de Śrīmatī Rādhārāṇī. Primero, el Señor Caitanya sintió que Le habían llevado a Vṛndāvana, donde había visto la danza rāsa de Kṛṣṇa con las gopīs. Después fue llevado a Kurukṣetra a ver al Señor Jagannātha, con Su hermana (Subhadrā) y el Señor Balarāma. Śrī Caitanya Mahāprabhu perdió Vṛndāvana y a Kṛṣṇa, el amo de Vṛndāvana. En ese momento, Caitanya Mahāprabhu experimentó divyonmāda, la locura trascendental de la separación de Kṛṣṇa. En Kurukṣetra, Kṛṣṇa exhibe Su opulencia, mientras que en Vṛndāvana Se halla en Su posición original. Kṛṣṇa nunca Se aleja un solo paso de Vṛndāvana; por eso, para las gopīs, Kurukṣetra es menos importante que Vṛndāvana.
Aunque los devotos que adoran a Kṛṣṇa con opulencia (Su aspecto de Vaikuṇṭha) prefieran ver al Señor Kṛṣṇa en Kurukṣetra acompañado de Subhadrā y Balarāma, las gopīs quieren ver a Kṛṣṇa en Vṛndāvana, en la danza rāsa con Śrīmatī Rādhārāṇī. Śrī Caitanya Mahāprabhu mostró con Su ejemplo práctico la manera de cultivar la actitud de Rādhārāṇī y las demás gopīs, que sienten separación de Kṛṣṇa. A los devotos absortos en esa actitud no les gusta ver a Kṛṣṇa en ningún lugar que no sea Vṛndāvana. Por esa razón, Śrī Caitanya Mahāprabhu Se lamentaba: «Había encontrado a Kṛṣṇa en Vṛndāvana, y ahora he vuelto a perderle y he venido a Kurukṣetra». Sólo los devotos muy avanzados pueden entender la complejidad de esos sentimientos. Sin embargo, el autor del Śrī Caitanya-caritāmṛta ha tratado de explicar el concepto de divyonmāda en la medida de lo posible, y tenemos el deber de apreciarlo en la medida de lo posible. Por eso, en el Verso 11, el autor ha hecho la siguiente súplica:
tāte viśvāsa kari’ śuna bhāvera varṇana
ha-ibe bhāvera jñāna, pāibā prema-dhana
«Mis queridos lectores, simplemente tratad de entender esta narración con fe y amor. Eso os ayudará a entender el éxtasis trascendental, y al final alcanzaréis el amor por Dios sin dificultad.»