Text 163
jīvera pāpa lañā muñi karoṅ naraka bhoga
sakala jīvera, prabhu, ghucāha bhava-roga
jīvera—de todas las almas condicionadas; pāpa lañā—recibiendo las reacciones pecaminosas; muñi—yo; karoṅ—hago; naraka—vida infernal; bhoga—experimentando; sakala jīvera—de todas las entidades vivientes; prabhu—mi querido Señor; ghucāha—por favor, pon término; bhava-roga—la enfermedad material.
«Mi querido Señor, permíteme sufrir eternamente en el infierno, recibiendo todas las reacciones pecaminosas de todas las entidades vivientes. Por favor, pon término a su enfermiza vida material.»
SIGNIFICADO: Śrīla Bhaktisiddhānta Sarasvatī Ṭhākura ofrece el siguiente comentario de este verso. En Occidente, los cristianos creen que el Señor Jesucristo, su maestro espiritual, advino para erradicar todos los pecados de sus discípulos. Ésa fue la finalidad del advenimiento y de la partida del Señor Jesucristo. Aquí, sin embargo, vemos que Śrī Vāsudeva Datta Ṭhākura y Śrīla Haridāsa Ṭhākura eran millones de veces más avanzados, incluso que el Señor Jesucristo. Jesucristo sólo liberó de las reacciones pecaminosas a sus seguidores, pero en este verso Vāsudeva Datta está dispuesto a recibir los pecados de todos los seres del universo. De modo que, en comparación, la posición de Vāsudeva Datta es millones de veces mejor que la de Jesucristo. El vaiṣṇava es tan generoso que está dispuesto a arriesgarlo todo para rescatar de la existencia material a las almas condicionadas. Śrīla Vāsudeva Datta Ṭhākura es el amor universal mismo, pues estaba deseoso de sacrificarlo todo para ocuparse plenamente en el servicio del Supremo.
Śrīla Vāsudeva Datta sabía muy bien que Śrī Caitanya Mahāprabhu era la Personalidad de Dios original, la Realidad Trascendental misma, situada por encima de los conceptos materiales de la ilusión y de māyā. Ciertamente, el Señor Jesucristo, por su misericordia, acabó con las reacciones pecaminosas de sus seguidores, pero eso no significa que les liberase por completo de los tormentos de la existencia material. Una persona puede ser liberada de sus pecados una vez, pero lo que hacen los cristianos es confesar sus pecados para luego cometerlos de nuevo. No es posible liberarse de los sufrimientos de la existencia material liberándose de los pecados para incurrir de nuevo en ellos. Una persona enferma puede ir al médico en busca de alivio, pero, una vez que sale del hospital, puede infectarse de nuevo debido a sus hábitos impuros. Así continúa la existencia material. Śrīla Vāsudeva Datta quería liberar completamente de la existencia material a las almas condicionadas, de forma que ya nunca más tuviesen oportunidad de cometer actos pecaminosos. Ésa es la importante diferencia entre Śrīla Vāsudeva Datta y el Señor Jesucristo. Es una gran ofensa recibir el perdón de los pecados y volver de nuevo a cometer los mismos pecados. Esa ofensa es más peligrosa que la actividad pecaminosa en sí. Vāsudeva Datta era tan generoso que pidió a Śrī Caitanya Mahāprabhu que cargase sobre él todas las actividades ofensivas, de manera que las almas condicionadas se purificaran y fueran de regreso al hogar, de vuelta a Dios. Ciertamente, su oración estaba libre de duplicidad.
El ejemplo de Vāsudeva Datta es único, no sólo en este mundo sino en todo el universo. Está más allá de la comprensión de los trabajadores fruitivos y de la especulación de los filósofos mundanos. La gente está fuertemente influenciada por la ilusión de la energía externa y poseen muy poco conocimiento, y, debido a ello, son envidiosos unos con otros. Como resultado, se enredan en actividades fruitivas, y tratan de liberarse de esas actividades fruitivas mediante la especulación mental. De modo que, ni los karmīs ni los jñānīs están purificados. En palabras de Śrīla Bhaktisiddhānta Sarasvatī Ṭhākura, son kukarmīs y kujñānīs: malos trabajadores fruitivos y malos especuladores. Por consiguiente, los māyāvādīs y los karmīs deben volver su atención hacia el magnánimo Vasudeva Datta, que quiso sufrir por los demás en el infierno. No debemos considerar a Vāsudeva Datta un filántropo mundano o benefactor social. Ni tenía el más mínimo interés en fundirse en la refulgencia del Brahman o en conseguir honor o reputación materiales. Estaba muy por encima de los filántropos, filósofos y trabajadores fruitivos. Fue una de las más elevadas personalidades que mostraron misericordia hacia las almas condicionadas. Con esto no estamos exagerando sus cualidades trascendentales. Es perfectamente cierto. En realidad, nadie puede compararse a Vāsudeva Datta. Como vaiṣṇava perfecto, era para-duḥkha-duḥkhī; es decir, sufría mucho al ver sufrir a los demás. En verdad, con el advenimiento de un gran devoto de su talla, el mundo entero se purifica. Con su presencia trascendental, el mundo entero, así como todas las almas condicionadas, se llenan de gloria. Narottama dāsa Ṭhākura confirma que Vāsudeva Datta es el devoto ideal de Śrī Caitanya Mahāprabhu:
gaurāṅgera saṅgi-gaṇe, nitya-siddha kari’ māne,
se yāya vrajendrasuta-pāśa
Aquel que lleva a cabo la misión de Śrī Caitanya Mahāprabhu debe ser considerado un alma eternamente liberada. Es una persona trascendental y no pertenece al mundo material. Ese devoto, al ocuparse en la liberación de toda la población, es tan magnánimo como Śrī Caitanya Mahāprabhu mismo.
namo mahā-vadānyāya kṛṣṇa-prema-pradāya te
kṛṣṇāya kṛṣṇa-caitanya- nāmne gaura-tviṣe namaḥ
Esa personalidad representa de hecho a Śrī Caitanya Mahāprabhu, pues su corazón está siempre lleno de compasión por todas las almas condicionadas.