Text 179
koṭi-kāmadhenu-patira chāgī yaiche mare
ṣaḍ-aiśvarya-pati kṛṣṇera māyā kibā kare?
koṭi—de millones; kāma-dhenu—de vacas cumplidoras de deseos; patira—del amo; chāgī—una cabra; yaiche—como; mare—muere; ṣaṭ-aiśvarya-pati—el amo de las seis opulencias; kṛṣṇera—de Kṛṣṇa; māyā—energía externa; kibā—qué; kare—puede hacer.
«Si una persona con millones de vacas cumplidoras de deseos pierde una cabra, no le dará la más mínima importancia. Kṛṣṇa goza de plenitud en las seis opulencias. ¿Qué pierde Él si se destruye toda la energía material?»
SIGNIFICADO: Śrīla Bhaktivinoda Ṭhākura, en su explicación de los versos 171-79, dice que el significado de esas estrofas es muy sencillo, pero que el fondo es un poco difícil de entender. Por lo general, las almas condicionadas olvidan a Kṛṣṇa cuando se dejan seducir por la energía material, la energía externa. Por consiguiente, se las considera kṛṣṇa-bahirmukha: privadas de su relación con Kṛṣṇa. Esas entidades vivientes, cuando entran en el ámbito de la energía material, son enviadas a uno de los incontables universos materiales que la energía material crea para dar a las almas condicionadas la posibilidad de satisfacer sus deseos en el mundo material. Muy deseosas de disfrutar de los frutos de sus actividades, las almas condicionadas se enredan en las acciones y reacciones de la vida material. Como consecuencia, disfrutan y sufren de los resultados del karma. Sin embargo, cuando un alma condicionada se vuelve consciente de Kṛṣṇa, el karma de sus actividades piadosas e impías queda completamente destruido. Por el simple hecho de hacerse devota, se libera de todas las reacciones del karma. Del mismo modo, simplemente por el deseo de un devoto, el alma condicionada puede alcanzar la liberación y trascender los resultados del karma. Puesto que todas las almas condicionadas pueden liberarse de ese modo, podemos establecer la conclusión de que el mundo material existe o deja de existir conforme a la voluntad del devoto. Sin embargo, en última instancia no se trata de la voluntad del devoto, sino de la voluntad de la Suprema Personalidad de Dios, quien, si lo desea, pues destruir por completo la creación material. Él no pierde nada. El propietario de millones de vacas no presta atención a la pérdida de una cabra. De manera similar, el Señor Kṛṣṇa es el propietario de todos los universos, tanto materiales como espirituales. El mundo material no representa más que una cuarta parte de Su energía creativa. Si, conforme al deseo del devoto, el Señor destruye por completo la creación, Él es tan opulento que no dará a esa pérdida la más mínima importancia.