Text 180
jaya jaya jahy ajām ajita doṣa-gṛbhīta-guṇāṁ
tvam asi yad ātmanā samavaruddha-samasta-bhagaḥ
aga-jagad-okasām akhila-śakty-avabodhaka te
kvacid ajayātmanā ca carato ’nucaren nigamaḥ”
jaya jaya—por favor, manifiesta Tu gloria; jahi—por favor, conquista; ajām—la nesciencia, māyā; ajita—¡oh, inconquistable!; doṣa—imperfectas; gṛbhīta-guṇām—por la cual aceptan las cualidades; tvam—Tú; asi—eres; yat—puesto que; ātmanā—por Tu potencia interna; samavaruddha—poseer; samasta-bhagaḥ—toda clase de opulencias; aga—inmóviles; jagat—móviles; okasām—de las entidades vivientes encarnadas; akhila—todas; śakti—de potencias; avabodhaka—amo; te—Tú; kvacit—a veces; ajayā—por la energía externa; ātmanā—de Tu ser; ca—también; carataḥ—manifestar pasatiempos (con Tu mirada); anucaret—confirman; nigamaḥ—todos los Vedas.
Śrī Caitanya Mahāprabhu continuó: «“¡Oh, mi Señor!, ¡oh, inconquistable!, ¡oh, amo de todas las potencias!, por favor, manifiesta Tu potencia interna para conquistar la nesciencia de todas las entidades vivientes móviles e inertes. Debido a la nesciencia, aceptan todo tipo de cosas imperfectas, causando así una situación llena de temor. ¡Oh, Señor, muestra, por favor, Tus glorias! Tú puedes hacerlo sin dificultad, pues Tu potencia interna está más allá de la potencia externa, y eres el receptáculo de toda opulencia. Tú eres también quien pone de manifiesto la potencia material. Tú, además, estás siempre ocupado en Tus pasatiempos en el mundo espiritual donde exhibes Tu potencia interna, que mantienes reservada, y a veces manifiestas la potencia externa lanzando Tu mirada sobre ella. De ese modo manifiestas Tus pasatiempos. Los Vedas confirman Tus dos potencias y aceptan los dos tipos de pasatiempos que se deben a ellas”».
SIGNIFICADO: Este verso pertenece al Śrīmad-Bhāgavatam (10.87.14). Forma parte de las oraciones de los śruti-gaṇa, las personificaciones de los Vedas, que glorifican al Señor.
La todopoderosa Personalidad de Dios tiene tres potencias: interna, externa y marginal. Las almas condicionadas, que son condenadas debido a su olvido del Señor, son puestas bajo el control de la potencia externa cuando ésta crea el mundo material. Las tres modalidades de la naturaleza material mantienen a la entidad viviente en un estado de constante temor (bhayaṁ dvitīyābhiniveśataḥ). El alma condicionada está siempre llena de temor, debido precisamente a que se halla bajo el control de la potencia externa; por lo tanto, el alma condicionada debe orar siempre al Señor todopoderoso pidiéndole que venza a la potencia externa (māyā), de manera de deje de manifestar sus poderes, que atan a todas las entidades vivientes, móviles e inertes. Si ora de ese modo, el alma condicionada se vuelve candidata a gozar de la compañía constante del Señor, y de ese modo logra ir de regreso al hogar, de vuelta a Dios.