Text 6
eka bandī chāḍe yadi nija-dharma dekhiyā
saṁsāra ha-ite tāre mukta karena gosāñā
eka bandī—a una persona prisionera; chāḍe—alguien libera; yadi—si; nija-dharma—la propia religión; dekhiyā—consultando; saṁsāra ha-ite—del cautiverio material; tāre—a él; mukta karena—libera; gosāñā—la Suprema Personalidad de Dios.
«Si una persona, actuando conforme a los principios religiosos, libera a un alma condicionada o a una persona prisionera, la Suprema Personalidad de Dios le libera a él también del cautiverio material.»
SIGNIFICADO: A raíz de este argumento, parece ser que Sanātana Gosvāmī, que antes había sido ministro del nawab, estaba tratando de engañar al encargado musulmán. El encargado de una cárcel no solía tener más que una educación muy elemental, o prácticamente ninguna, y ciertamente, no solía ser muy avanzado en el conocimiento espiritual. Pero, para satisfacer al carcelero, Sanātana Gosvāmī le alabó diciendo que era un gran sabio erudito en las Escrituras. Él no podía desmentirle, pues una persona a la que se confía un cargo de importancia se considera capacitada para esa posición. Sanātana Gosvāmī estaba explicando correctamente los efectos de las actividades espirituales, y el carcelero relacionó su argumento con la idea de dejarle salir de la cárcel.
Hay un número ilimitado de almas condicionadas pudriéndose en el mundo material, prisioneras de māyā bajo el hechizo de la complacencia de los sentidos. El hechizo de māyā encanta a la entidad viviente de tal manera que, en la vida condicionada, hasta los cerdos se sienten satisfechos.
Māyā manifiesta dos tipos de potencias para cubrir a la entidad viviente. Una se llama prakṣepātmikā, y la otra āvaraṇātmikā. Cuando alguien está decidido a liberarse del cautiverio material, la prakṣepātmikā-śakti, con su influjo de distracción, le impulsa a permanecer en la vida condicionada, plenamente satisfecho con la complacencia de los sentidos. Debido a la otra potencia (āvaraṇātmikā), el alma condicionada se siente satisfecha incluso aunque se esté pudriendo en un cuerpo de cerdo o de gusano del excremento. El hechizo de māyā es tan fuerte que es muy difícil liberar del cautiverio material a un alma condicionada. Incluso si la Suprema Personalidad de Dios desciende personalmente para liberar a las almas condicionadas, pidiéndoles que se entreguen a Él, ellas no aceptan la propuesta del Señor. Por esa razón, Sanātana Gosvāmī dijo: «Ciertamente, una persona que, en cualquier modo, ayuda a otra a liberarse del cautiverio de māyā, goza inmediatamente del reconocimiento de la Suprema Personalidad de Dios». Como explica el Señor Kṛṣṇa en la Bhagavad-gītā (18.69):
na ca tasmān manuṣyeṣu kaścin me priya-kṛttamaḥ
bhavitā na ca me tasmād anyaḥ priyataro bhuvi
El mayor servicio que se puede ofrecer al Señor es tratar de infundir el servicio devocional en el corazón del alma condicionada, de forma que pueda liberarse de la vida condicionada. Śrīla Bhaktivinoda Ṭhākura ha dicho que se puede reconocer al vaiṣṇava por su labor de prédica, es decir, porque convence al alma condicionada de su posición eterna, que en este verso se explica con la palabra nija-dharma. La posición eterna de la entidad viviente es servir al Señor; por lo tanto, ayudar a alguien a liberarse del cautiverio material es despertar en él la comprensión de que es el sirviente eterno de Kṛṣṇa. Jīvera ‘svarūpa’ haya — kṛṣṇera ‘nitya-dāsa’ (Cc. Madhya 20.108). El propio Señor desarrollará esta cuestión con detalle a Sanātana Gosvāmī.