Text 125
grāmera śūnya-hāṭe vasi’ karena kīrtana
ethā pūjārī karāila ṭhākure śayana
grāmera—de la aldea; śūnya-hāṭe—en la plaza vacía del mercado; vasi’—sentándose; karena—realiza; kīrtana—canto; ethā—en el templo; pūjārī—el sacerdote; karāila—hizo; ṭhākure—la Deidad; śayana—acostarse.
Mādhavendra Purī salió del templo y se sentó en la plaza del mercado, que estaba vacía. Allí sentado, se puso a cantar. Mientras tanto, el sacerdote del templo acostó a la Deidad para que descansase.
SIGNIFICADO: Mādhavendra Purī no tenía el menor interés en comer y dormir, pero su deseo de cantar el mahā-mantra era tan intenso como si en lugar de un paramahaṁsa fuese un aspirante a trascendentalista. Eso significa que el canto no se puede abandonar ni siquiera en la etapa de paramahaṁsa. Haridāsa Ṭhākura y los Gosvāmīs estaban ocupados en cantar un número fijo de rondas; por lo tanto, cantar en cuentas es muy importante para todos, incluso para quien ha alcanzado el nivel de paramahaṁsa. Ese canto se puede llevar a cabo en todas partes, tanto dentro como fuera del templo. Vemos que Mādhavendra Purī se sentó incluso en un mercado vacío para cantar. Śrīnivāsa Ācārya, en sus oraciones a los Gosvāmīs dice: nāma-gāna-natibhiḥ. El devoto paramahaṁsa siempre está ocupado en cantar y ofrecer servicio al Señor. Cantar los santos nombres del Señor es idéntico a ocuparse en Su servicio. Como se afirma en el Śrīmad-Bhāgavatam (7.5.23), hay nueve clases de servicio devocional: escuchar (śravaṇam), cantar (kīrtanam), recordar (viṣṇoḥ smaraṇam), servir (pāda-sevanam), adorar a la Deidad (arcanam), orar (vandanam), cumplir órdenes (dāsyam), servir al Señor como amigo (sakhyam), y sacrificarlo todo por Él (ātma-nivedanam). Aunque todos los procesos parecen distintos entre sí, cuando nos hallamos en el plano absoluto podemos ver que son idénticos. Escuchar, por ejemplo, tiene el mismo valor que cantar, y recordar es como cantar o escuchar. Del mismo modo, ocuparse en adorar a la Deidad es como cantar, escuchar o recordar. Se considera que el devoto acepta los nueve procesos del servicio devocional, pero incluso si sólo sigue estrictamente uno de ellos, alcanzará la posición más elevada (paramahaṁsa) e irá de regreso al hogar, de vuelta a Dios.