Text 200
mora mukhe vaktā tumi, tumi hao śrotā
atyanta rahasya, śuna, sādhanera kathā
mora mukhe—en mi boca; vaktā—orador; tumi—Tú eres; tumi—Tú; hao—eres; śrotā—el oyente; atyanta rahasya—sumamente misterioso; śuna—ahora escucha, por favor; sādhanera kathā—la explicación del proceso.
«En realidad, Tú hablas a través de mi boca y, al mismo tiempo, escuchas. Es algo muy misterioso. Pero no importa; por favor, escucha la explicación acerca de cómo alcanzar ese objetivo.
SIGNIFICADO: Śrīla Sanātana Gosvāmī nos ha aconsejado escuchar acerca de Kṛṣṇa de labios de un vaiṣṇava, y nos ha prohibido explícitamente escuchar de un avaiṣṇava.
avaiṣṇava-mukhodgīrṇaṁ pūtaṁ hari-kathāmṛtam
śravaṇaṁ naiva kartavyaṁ sarpocchiṣṭaṁ yathā payaḥ
Con esta cita del Padma Purāṇa, Śrīla Sanātana Gosvāmī nos advierte de que no debemos escuchar nada acerca de Kṛṣṇa de labios de un avaiṣṇava, por muy erudito que pueda ser desde un punto de vista mundano. La leche tocada por los labios de una serpiente tiene efectos venenosos; del mismo modo, las palabras acerca de Kṛṣṇa que vienen de labios de un avaiṣṇava también son venenosas. El vaiṣṇava, por el contrario, está entregado a la Suprema Personalidad de Dios, y por ello sus palabras están cargadas de potencia espiritual. En la Bhagavad-gītā, el Señor Supremo dice:
teṣāṁ satata-yuktānāṁ bhajatāṁ prīti-pūrvakam
dadāmi buddhi-yogaṁ taṁ yena mām upayānti te
«A aquellos que están constantemente consagrados a servirme con amor, Yo les doy la comprensión con la cual pueden llegar hasta Mí» (Bg. 10.10). Cuando el vaiṣṇava puro habla, sus palabras son perfectas. ¿Cómo es esto? Kṛṣṇa mismo, desde dentro del corazón, dirige sus palabras. Śrīla Rāmānanda Rāya acepta esa bendición de Śrī Caitanya Mahāprabhu; por eso admite que lo que estaba diciendo no procedía de su propia inteligencia, sino que venía de Śrī Caitanya Mahāprabhu. Según la Bhagavad-gītā:
sarvasya cāhaṁ hṛdi sanniviṣṭo
mattaḥ smṛtir jñānam apohanaṁ ca
vedaiś ca sarvair aham eva vedyo
vedānta-kṛd veda-vid eva cāham
«Yo estoy situado en el corazón de todos, y de Mí vienen el recuerdo, el conocimiento y el olvido. Mediante todos los Vedas, es a Mí a quien hay que conocer; Yo soy, en efecto, el compilador del Vedānta y el conocedor de los Vedas» (Bg. 15.15).
Toda inteligencia emana de la Suprema Personalidad de Dios, la Superalma que está en el corazón de todos. Los no devotos quieren pedir al Señor Supremo complacencia de los sentidos; por eso, caen bajo la influencia de māyā, la energía ilusoria. El devoto, sin embargo, bajo la dirección de la Suprema Personalidad de Dios, se halla bajo la influencia de yogamāyā. Por consiguiente, entre las palabras del devoto y las del no devoto hay un abismo de diferencia.