Text 155
eka īśvara — bhaktera dhyāna-anurūpa
eka-i vigrahe kare nānākāra rūpa
eka īśvara—el Señor es uno; bhaktera—de los devotos; dhyāna—meditación; anurūpa—conforme a; eka-i—una; vigrahe—en forma; kare—manifiesta; nānā-ākāra—diversas; rūpa—formas.
«No hay diferencia entre las trascendentales formas del Señor. Formas diferentes se manifiestan debido a apegos diferentes de devotos diferentes. En realidad, el Señor es uno, pero, para satisfacer a Sus devotos, aparece en formas diferentes.
SIGNIFICADO: En la Brahma-saṁhitā (5.33), se afirma:
advaitam acyutam anādim ananta-rūpam
ādyaṁ purāṇa-puruṣaṁ nava-yauvanaṁ ca
El Señor es advaita; en Él no hay diferencias. Entre las formas de Kṛṣṇa, Rāma, Nārāyaṇa y Viṣṇu no hay diferencia. Todas ellas son una. A veces, los necios nos preguntan si, cuando cantamos «Rāma» en el mantra Hare Kṛṣṇa, nos referimos al Señor Rāmacandra o al Señor Balarāma. Si el devoto dice que el nombre de Rāma en el mahā-mantra Hare Kṛṣṇa se refiere a Balarāma, el necio podría enfadarse por entender que el nombre de Rāma se refiere al Señor Rāmacandra. En realidad, no hay diferencia entre Balarāma y el Señor Rāma. Cuando cantamos Hare Rāma no importa si nos referimos a Balarāma o al Señor Rāmacandra, pues no hay diferencia entre Ellos. Sin embargo, es ofensivo pensar que Balarāma es superior al Señor Rāmacandra, o a la inversa. Los devotos neófitos no entienden esta conclusión de los śāstras, y por ello crean una situación ofensiva sin necesidad. Śrī Caitanya Mahāprabhu ha aclarado este tema de forma muy lúcida en el Verso 154: īśvaratve bheda mānile haya aparādha: «Es ofensivo hacer diferencias entre las formas del Señor». Por otra parte, no debemos pensar que las formas del Señor y las formas de los semidioses son lo mismo. Ciertamente, eso constituye una ofensa, como lo confirma el Vaiṣṇava-tantra:
yas tu nārāyaṇaṁ devaṁ brahma-rudrādi-daivataiḥ
samatvenaiva vīkṣeta sa pāṣaṇḍī bhaved dhruvam
«Pāṣaṇḍī es aquel que considera a los grandes semidioses, como el Señor Brahmā y el Señor Śiva, iguales a la Suprema Personalidad de Dios, Nārāyaṇa» (Hari-bhakti-vilāsa 7.117).
La conclusión es que no debemos hacer diferencias entre las formas del Señor ni debemos equiparar las formas del Señor con las de los semidioses o seres humanos. Hay sannyāsīs necios, por ejemplo, que piensan que el cuerpo del Señor es material y consideran que el daridra-nārāyaṇa y Nārāyaṇa son iguales. Ciertamente, eso es ofensivo. Sin las instrucciones de un maestro espiritual genuino, no es posible una comprensión perfecta de esas diferentes formas. Así lo confirma la Brahma-saṁhitā (5.33): vedeṣu durlabham adurlabam ātma-bhaktau. No es posible entender las diferencias entre las formas del Señor simplemente con entregarse a estudios académicos o a la lectura de las Escrituras védicas. Es necesario aprender de un devoto iluminado. Sólo entonces podremos aprender a distinguir entre una forma del Señor y otra. La conclusión es que las formas del Señor no son diferentes entre sí, pero las formas del Señor y las de los semidioses sí son diferentes.