Mantra Doce
andhaṁ tamaḥ praviśanti
ye ’sambhūtim upāsate
tato bhūya iva te tamo
ya u sambhūtyāḿ ratāḥ
andham — ignorancia; tamaḥ — oscuridad; praviśanti — entran a; ye — aquellos que; asambhūtim — semidioses; upāsate — adoran; tataḥ — que eso; bhūyaḥ — todavía más; iva — como eso; te — aquellos; tamaḥ — oscuridad; ye — quienes; u — también; sambhūtyām — en el Absoluto; ratāḥ — dedicados.
Aquellos que se dedican a la adoración de los semidioses entran en la región más oscura de la ignorancia, y peor aún ocurre con los adoradores del Absoluto impersonal.
La palabra sánscrita asambhūti se refiere a los que no tienen una existencia independiente. Sambhūti es la Personalidad Absoluta de Dios, quien es absolutamente independiente de todo. Śrī Kṛṣṇa, la Personalidad Absoluta de Dios, afirma en El Bhagavad-gītā (10.2):
na me viduḥ sura-gaṇāḥ
prabhavaṁ na maharṣayaḥ
aham ādir hi devānāṁ
maharṣīṇāṁ ca sarvaśaḥ
“Ni las legiones de semidioses ni los grandes sabios conocen Mi origen, pues en todos los aspectos, Yo soy la fuente de los semidioses y de los sabios”. Kṛṣṇa es entonces el origen de los poderes delegados a los semidioses, a los grandes sabios y a los místicos. Aunque ellos están dotados de grandes poderes, les es muy difícil saber cómo es que Kṛṣṇa Mismo aparece en la forma de un hombre gracias a Su propia potencia interna.
Todos los filósofos y grandes ṛṣis, o místicos, tratan de distinguir el Absoluto de lo relativo usando su minúscula capacidad mental. Esto únicamente puede ayudarlos a llegar al punto de negar la relatividad pero sin comprender ningún indicio positivo del Absoluto. La definición del Absoluto usando negaciones es incompleta. Esas definiciones negativas lo conducen a uno a crear su propio concepto, y así se imagina que el Absoluto debe carecer de forma y de cualidades. Las cualidades negativas son únicamente el opuesto de las cualidades positivas, y por lo tanto también son relativas. Al concebir al Absoluto de esta forma, uno puede alcanzar a lo sumo el resplandor impersonal de Dios, conocido como el Brahman, pero no puede progresar hasta llegar a Bhagavān, la Personalidad de Dios.
Tales especuladores mentales no saben que Kṛṣṇa es la Personalidad Absoluta de Dios, que el Brahman impersonal es el resplandor deslumbrante de Su cuerpo trascendental, y que Paramātmā, la Superalma, es Su representación omnipenetrante. Ellos tampoco saben que Kṛṣṇa tiene Su forma eterna con cualidades trascendentales de bienaventuranza y conocimiento eternos. Los semidioses dependientes y los grandes sabios consideran imperfectamente que Él es un poderoso semidiós, y que el resplandor del Brahman es la Verdad Absoluta. Sin embargo, los devotos de Kṛṣṇa que se entregan a Él con devoción pura, pueden saber que Él es la Persona Absoluta y que todo emana de Él. Semejantes devotos prestan continuamente servicio amoroso a Kṛṣṇa, quien es la fuente de todo.
En El Bhagavad-gītā (7.20) también se dice que únicamente las personas confundidas, impulsadas por un fuerte deseo de satisfacer sus sentidos, adoran a los semidioses con el fin de resolver los problemas temporales. Sólo aquellos que carecen de inteligencia buscan el alivio temporal a ciertas dificultades como una solución, el cual es otorgado por la grandeza de algún semidiós. Ya que el ser viviente está enredado materialmente, tiene que ser liberado por completo del cautiverio material para poder alcanzar la satisfacción permanente en el plano espiritual, donde existen la bienaventuranza, la vida y el conocimiento eternos.
También se afirma en El Bhagavad-gītā (7.23) que los adoradores de los semidioses pueden ir a los planetas de los semidioses. Los adoradores de la Luna pueden ir a la Luna, los adoradores del Sol al Sol, etc. Los científicos modernos se están aventurando ahora a ir a la Luna con la ayuda de cohetes, pero esta tentativa no es en realidad nueva. Teniendo una conciencia desarrollada, los seres humanos se sienten inclinados en forma natural a viajar por el espacio exterior y llegar a otros planetas, ya sea con naves espaciales, poderes místicos, o adoración a los semidioses. En las Escrituras védicas se dice que es posible llegar a otros planetas en cualquiera de estas tres formas, pero la forma más común es por adorar al semidiós que preside ese planeta particular. Sin embargo, todos los planetas del universo material son residencias temporales; los únicos planetas permanentes son los Vaikuhalokas. Éstos se encuentran en el cielo espiritual, y la Personalidad de Dios Misma los domina. Tal como se afirma en El Bhagavad-gītā (8.16):
ā-brahma-bhuvanāl lokāḥ
punar āvartino ’rjuna
mām upetya tu kaunteya
punar janma na vidyate
“¡Oh, hijo de Kuntī!, Desde el planeta más elevado del mundo material, hasta el más bajo, todos son lugares de sufrimiento donde ocurren repetidamente el nacimiento y la muerte. Pero aquel que alcanza Mi morada nunca vuelve a nacer”
El Śrī Īśopaniṣad señala que uno permanece en la región más oscura del universo al rondar por los planetas materiales usando cualquier medio. El universo entero está cubierto por los elementos materiales gigantescos, al igual que un coco cubierto por su corteza. Ya que su cubierta es hermética, la oscuridad interna es total y por lo tanto se necesitan soles y lunas para iluminarlo. Fuera del universo se encuentra la vasta e ilimitada expansión brahmajyoti, la cual está repleta de Vaikuhalokas. El planeta más elevado del brahmajyoti es Kṛṣṇaloka o Goloka Vndāvana, donde reside Śrī Kṛṣṇa Mismo, la Suprema Personalidad de Dios. El Señor Śrī Kṛṣṇa nunca abandona Kṛṣṇaloka. Aunque Él vive ahí con Sus asociados eternos, también se encuentra omnipresente a través de todas las manifestaciones cósmicas materiales y espirituales. En el Mantra Cuatro ya se ha explicado este hecho. El Señor está presente en todas partes al igual que el Sol, y a pesar de eso está situado en un solo lugar, así como el Sol que está situado en su propia órbita constante.
Los problemas de la vida no pueden resolverse con sólo ir a la Luna. Hay muchos adoradores falsos que se vuelven religiosos únicamente para alcanzar renombre y fama. Semejantes religiosos falsos no quieren salir de este universo y llegar al cielo espiritual. Ellos únicamente quieren mantener el statu quo en el mundo material so pretexto de adorar al Señor. Al predicar el culto del ateísmo, los ateos y los impersonalistas encaminan a esos necios religiosos falsos hacia las regiones más oscuras. Los ateos niegan directamente la existencia de la Suprema Personalidad de Dios, y los impersonalistas los apoyan al hacer hincapié en el aspecto impersonal del Señor Supremo. Hasta ahora no hemos encontrado ningún mantra de El Śrī Īśopaniṣad que niegue a la Suprema Personalidad de Dios. Se dice que Él puede correr más rápido que cualquiera. Aquellos que están corriendo hacia otros planetas ciertamente son personas, y si el Señor puede correr más rápido que todos ellos, ¿cómo es posible considerarlo impersonal? El concepto impersonal que se tiene del Señor Supremo es otra forma de ignorancia que surge por tener un concepto imperfecto sobre la Verdad Absoluta.
Los religiosos falsos e ignorantes y los manufacturadores de las así llamadas encarnaciones, quienes violan directamente los mandamientos védicos, están expuestos a entrar en la región más oscura del universo por descarriar a sus seguidores. Estos impersonalistas generalmente se hacen pasar por encarnaciones de Dios ante los necios que ignoran la sabiduría védica. Si esos tontos tienen algún conocimiento, en sus manos es más peligroso que la ignorancia misma. Semejantes impersonalistas ni siquiera adoran a los semidioses en la forma recomendada en las Escrituras. En las Escrituras se recomienda adorar a los semidioses en determinadas circunstancias, pero a la vez se declara que normalmente no es necesario hacerlo. En El Bhagavad-gītā (7.23) se afirma claramente que los resultados obtenidos al adorar a los semidioses no son permanentes. Ya que el universo material total no es permanente, todo logro obtenido dentro de la oscuridad de la existencia material tampoco será permanente. El problema consiste en cómo obtener una vida real y permanente.
El Señor afirma que tan pronto como uno llega a Él mediante el servicio devocional - que es el único camino para acercarse a la Personalidad de Dios - se libera completamente del cautiverio del nacimiento y de la muerte. En otras palabras, el sendero para salvarse de las garras materiales depende completamente de los principios del conocimiento y del desapego. Los religiosos falsos no tienen ni conocimiento ni desapego de las cuestiones mundanas, ya que en su mayoría quieren vivir con los grilletes dorados del cautiverio material bajo la sombra de las actividades altruistas y filantrópicas, aparentando seguir los principios religiosos. Exhibiendo falsos sentimientos religiosos, ellos presentan una comedia de servicio devocional, mientras continúan incurriendo en todo tipo de actividades inmorales. Ellos se hacen pasar por maestros espirituales y devotos de Dios. Esos violadores de los principios religiosos no respetan a los ācāryas autoritativos, los maestros santos que están en la estricta sucesión discipular. Ellos se convierten en así llamados ācāryas para descarriar a las personas en general, pero ni siquiera siguen los principios de los ācāryas.
Estos bribones son los elementos más peligrosos de la sociedad humana. Ellos se escapan del castigo de las leyes del Estado porque no existe un gobierno religioso. Sin embargo no pueden escapar a las leyes del Supremo, quien ha manifestado claramente en El Bhagavad-gītā (16.19-20) que los demonios envidiosos disfrazados de propagandistas religiosos, serán arrojados a las regiones más oscuras del infierno. El Śrī Īśopaniṣad confirma que estos religiosos falsos se están dirigiendo al lugar más inmundo del universo después de terminar su negocio de maestros espirituales que únicamente llevan a cabo para satisfacer sus sentidos.