Capítulo 48
Kṛṣṇa complace a Sus devotos
Por varios días seguidos, Kṛṣṇa oyó a Uddhava relatar todos los detalles de su visita a Vṛndāvana y de la condición de Sus padres, de las gopīs y de los pastorcillos de vacas. El Señor Kṛṣṇa estaba plenamente satisfecho con el hecho de que Uddhava pudo consolarlos con su instrucción y con el mensaje que les había entregado.
El Señor Kṛṣṇa decidió entonces ir a la casa de Kubjā, la mujer jorobada que lo había complacido al ofrecerle sándalo cuando entraba en la ciudad de Mathurā. Como se afirma en el Bhagavad-gītā, Kṛṣṇa siempre trata de complacer a Sus devotos, y los devotos tratan de complacer a Kṛṣṇa. Así como los devotos siempre piensan en Kṛṣṇa en sus corazones, así mismo Kṛṣṇa también piensa en Sus devotos dentro de Sí. Cuando Kubjā fue convertida en una hermosa cortesana, ella quiso que Kṛṣṇa fuera a su casa para poder recibirlo y adorarlo a su propia manera. Las cortesanas generalmente tratan de satisfacer a sus clientes ofreciéndoles sus cuerpos para que ellos disfruten. Pero esta cortesana, Kubjā, realmente estaba cautivada por un deseo lujurioso de satisfacer sus sentidos con Kṛṣṇa. Cuando Kṛṣṇa quiso ir a la casa de Kubjā, ciertamente no deseaba complacer Sus sentidos. Al suministrarle pasta de sándalo a Kṛṣṇa, Kubjā ya los había satisfecho. Sin embargo, so pretexto de complacer los sentidos de ella, Él decidió ir a su casa, en realidad no con el fin de complacer los sentidos, sino para convertir a Kubjā en una devota pura. A Kṛṣṇa siempre lo sirven muchos miles de diosas de la fortuna; por lo tanto, Él no tiene que satisfacer Sus sentidos yendo donde una cortesana. Pero como Él es bondadoso con todos, decidió ir allí. Se dice que la Luna no deja de brillar en el patio de una persona deshonesta. De forma similar, la misericordia trascendental de Kṛṣṇa nunca se le niega a nadie que le haya prestado servicio, bien sea que lo haya hecho a través de la lujuria, de la ira, del temor o del amor puro. En El Śrī Caitanya-cartāmṛta, se afirma que si uno desea servir a Kṛṣṇa y al mismo tiempo desea satisfacer sus propios deseos lujuriosos, Kṛṣṇa dispondrá las cosas de tal manera que el devoto olvide sus deseos lujuriosos, se purifique por completo y se ocupe constantemente en el servicio del Señor.
Para cumplir Su anterior promesa, Kṛṣṇa, junto con Uddhava, fue a la casa de Kubjā. Cuando Kṛṣṇa llegó a la casa, vio que estaba decorada por completo de manera tal que excitara los deseos lujuriosos de un hombre. Esto sugiere que había muchos retratos de desnudos, encima de los cuales había pabellones y banderas bordadas con collares de perlas, junto con cómodas camas y sillas acolchadas. Los cuartos estaban provistos de guirnaldas de flores, delicadamente perfumados con incienso, salpicados con agua perfumada e iluminados por bellas lámparas.
Cuando Kubjā vio que el Señor Kṛṣṇa había venido a su casa para cumplir con la visita prometida, se levantó de inmediato de la silla para recibirlo. Acompañada por sus muchas amigas, empezó a hablar con Él con gran respeto y honor. Después de ofrecerle un agradable lugar para que se sentara, adoró al Señor Kṛṣṇa de una manera muy apropiada para la posición de ella. Kubjā y sus amigas recibieron a Uddhava de una forma similar, pero él no estaba al mismo nivel que Kṛṣṇa, y simplemente se sentó en el piso.
Sin perder el tiempo, tal como uno generalmente hace en tales situaciones, Kṛṣṇa entró al cuarto de Kubjā. Mientras tanto, Kubjā se bañó y untó su cuerpo con pasta de sándalo. Se vistió con hermosas prendas, valiosas joyas, ornamentos y guirnaldas de flores. Ella apareció ante Kṛṣṇa habiendo masticado nueces de betel y otros comestibles embriagantes, y habiéndose rociado esencias. Su mirada sonriente y sus ojos inquietos estaban llenos de timidez femenina mientras permanecía de pie agraciadamente ante el Señor Kṛṣṇa, al que se le conoce como Mādhava, el esposo de la diosa de la fortuna. Cuando Kṛṣṇa vio que Kubjā vacilaba en ir ante Él, inmediatamente agarró su mano, que estaba decorada con pulseras. Con gran afecto, la haló hacia Él, haciéndola sentarse a Su lado. Simplemente por haberle suministrado previamente pasta de sándalo al Supremo Señor, Kṛṣṇa, Kubjā se liberó de toda reacción pecaminosa y se hizo merecedora de disfrutar con Él. Ella cogió entonces los pies de loto de Kṛṣṇa, y los colocó sobre sus pechos, los cuales estaban quemándose con el fuego ardiente de la lujuria. Por oler la fragancia de los pies de loto de Kṛṣṇa, inmediatamente se liberó de todo deseo lujurioso. Así pues, se le permitió abrazar a Kṛṣṇa con sus dos brazos, y mitigar de esa forma el deseo que había abrigado por mucho tiempo, de tener a Kṛṣṇa de visita en su casa.
Se afirma en el Bhagavad-gītā que uno no puede dedicarse al servicio amoroso y trascendental del Señor si no se libera de toda reacción material pecaminosa. Simplemente por surtir de pasta de sándalo a Kṛṣṇa, Kubjā fue recompensada de esa manera. Ella no estaba entrenada para adorar a Kṛṣṇa de ninguna otra forma; por lo tanto, quería satisfacerlo por medio de su profesión. Se confirma en el Bhagavad-gītā que el Señor puede ser adorado aun con la profesión de uno, si se ofrece sinceramente para el placer del Señor. Kubjā le dijo entonces a Kṛṣṇa: «Mi querido amigo, por favor permanece conmigo por lo menos unos cuantos días. Disfruta conmigo, Tú y tu amigo de los ojos de loto. No puedo dejarlos ir inmediatamente. Por favor complace mi súplica».
Como se afirma en las versiones védicas, la Suprema Personalidad de Dios tiene potencias múltiples. De acuerdo con las opiniones de los expertos, Kubjā representa la potencia puruṣa-śakti de Kṛṣṇa, así como Śrīmatī Rādhārāṇī representa Su potencia cit-śakti. A pesar de que le pidió a Kṛṣṇa que permaneciera con ella por algunos días, Kṛṣṇa cortésmente le hizo entender que no le era posible quedarse. Kṛṣṇa visita este mundo material de vez en cuando, mientras que Su conexión con el mundo espiritual es eterna. Kṛṣṇa está siempre presente ya sea en los planetas Vaikuṇṭha o en el planeta Goloka Vṛndāvana. El término técnico que designa Su presencia en el mundo espiritual es prakaṭa-līlā.
Después de satisfacer a Kubjā con dulces palabras, Kṛṣṇa regresó a Su hogar junto con Uddhava. En el Śrīmad-Bhāgavatam se hace la advertencia de que a Kṛṣṇa no se le adora muy fácilmente, debido a que Él es la Suprema Personalidad de Dios, el principal entre los viṣṇu-tattvas. No es una tarea muy fácil adorar a Kṛṣṇa o tener la compañía de Él. Específicamente, hay una advertencia para los devotos que están atraídos a Kṛṣṇa a través del amor conyugal. No es bueno que ellos deseen experimentar complacencia de los sentidos mediante el contacto directo con Kṛṣṇa. Realmente las actividades de complacencia de los sentidos son materiales. En el mundo espiritual hay expresiones como besarse y abrazarse, pero no hay un proceso de complacencia de los sentidos tal como existe en el mundo material. Esta advertencia es específicamente para aquellos conocidos como sahajiyā, quienes dan por sentado que Kṛṣṇa es un ser humano ordinario. Ellos desean disfrutar de la vida sexual con Él de una manera pervertida. En una relación espiritual, la complacencia de los sentidos es de lo más insignificante. Todo aquel que desee una relación de complacencia pervertida de los sentidos con Kṛṣṇa debe ser considerado como poco inteligente. Su mentalidad requiere ser reformada.
Después de un tiempo, Kṛṣṇa cumplió su promesa de visitar a Akrūra en su casa. Akrūra tenía una relación con Kṛṣṇa como Su servidor, y Kṛṣṇa quería obtener algo de servicio de él. Él fue allá acompañado por el Señor Balarāma y por Uddhava. Cuando Kṛṣṇa, Balarāma y Uddhava, se acercaban a la casa de Akrūra, Akrūra se aproximó, abrazó a Uddhava, y ofreció reverencias respetuosas, postrándose ante el Señor Kṛṣṇa y Balarāma. Kṛṣṇa, Balarāma y Uddhava, le ofrecieron reverencias a cambio, y Akrūra les ofreció lugares apropiados para sentarse. Cuando todos estaban cómodamente sentados, Akrūra lavó sus pies y salpicó el agua en su propia cabeza. Luego, ofreció flores bonitas y pasta de sándalo como adoración usual. Los tres quedaron muy satisfechos con el comportamiento de Akrūra. Akrūra luego se postró ante Kṛṣṇa, poniendo su cabeza en el piso. En seguida, manteniendo los pies de loto de Kṛṣṇa en su regazo, Akrūra empezó a darles masajes suavemente. Cuando Akrūra se sintió plenamente satisfecho en presencia de Kṛṣṇa y Balarāma, sus ojos se llenaron de lágrimas de amor por Kṛṣṇa, y empezó a ofrecer sus oraciones de la siguiente manera:
«Mi querido Señor Kṛṣṇa, es muy gentil de tu parte el que hayas matado a Kaṁsa y a sus asociados. Has liberado a toda la familia de la dinastía Yadu, de la más grande calamidad. La gran dinastía Yadu siempre recordará el hecho que los hayas salvado. Mi querido Señor Kṛṣṇa —y Balarāma—, Tú eres la personalidad original de quien todo ha emanado. Tú eres la causa original de todas las causas. Tienes energía inconcebible y eres omnipresente. No hay ninguna otra causa ni efecto, burdo ni sutil, además de Ti. Tú eres el Supremo Brahman que se comprende a través del estudio de los Vedas. Por Tu energía inconcebible, Tú estás realmente visible ante nosotros. Tú creas esta manifestación cósmica mediante Tus propias potencias, y Tú Mismo entras en ella. Así como los cinco elementos materiales —tierra, agua, fuego, aire y cielo— se encuentran en todas las cosas manifestadas por diferentes clases de cuerpos, así mismo solo Tú entras en las diferentes variedades de cuerpos, creados por Tu propia energía. Tú entras en el cuerpo en la forma del alma individual, así como también entras independientemente como la Superalma. Tu energía inferior crea al cuerpo material. Las entidades vivientes, las almas individuales, son partes integrales de Ti, y la Superalma es Tu representación localizada. Este cuerpo material, la entidad viviente y la Superalma, constituyen un ser viviente individual, pero originalmente ellos son todos diferentes energías del único Señor Supremo.
»En el mundo material, Tú estás creando, manteniendo y disolviendo la manifestación completa mediante la interacción de tres cualidades: bondad, pasión e ignorancia. Tú no eres influido por las actividades de esas cualidades materiales debido a que Tu conocimiento supremo nunca es vencido como ocurre con la entidad viviente individual».
Así como el Señor Supremo entra en esta creación material, y de esa forma la creación, manutención y destrucción están sucediendo a su debido tiempo, así mismo la entidad viviente que es la parte integral, entra en los elementos materiales y obtiene su cuerpo material que ha sido creado para ella. La diferencia entre la entidad viviente y el Señor, es que la entidad viviente es parte integral del Señor Supremo y tiene la tendencia de ser subyugada por la interacción de las cualidades materiales. A Kṛṣṇa, el Parabrahman o el Brahman Supremo, por estar siempre en una posición de pleno conocimiento, nunca lo subyugan tales actividades. Por lo tanto, el nombre de Kṛṣṇa es Acyuta, que significa aquel que nunca cae. La acción material nunca vence al conocimiento de Kṛṣṇa de la identidad espiritual, mientras que la identidad de las diminutas entidades vivientes, que son partes integrales, está propensa a ser vencida por la acción material. Las entidades vivientes individuales son eternamente partes integrales de Dios. Siendo chispas diminutas del fuego original, Kṛṣṇa, tienen la tendencia de ser extinguidas.
Akrūra continuó: «La clase de hombres poco inteligentes malinterpreta Tu forma trascendental creyendo que también está compuesta de energía material. Este concepto no se aplica a Ti en absoluto. En realidad, Tú eres completamente espiritual, y no hay diferencia entre Tu cuerpo y Tú. Debido a esto, no existe posibilidad alguna de que Te encuentres condicionado ni liberado, Tú te encuentras por siempre liberado en cualquier condición de vida. Como se afirma en el Bhagavad-gītā: “Solamente los tontos y los pícaros Te consideran un hombre ordinario”. Considerar a Su Señoría como si fuera uno de nosotros, condicionado por la naturaleza material, es un error que se debe a nuestro conocimiento imperfecto. Cuando la gente se desvía del conocimiento original de los Vedas, trata de identificar a Su Señoría con las entidades vivientes ordinarias. Su Señoría ha aparecido en esta Tierra en Su forma original para restablecer el conocimiento verdadero de que la entidad viviente no es uno con el Dios Supremo ni igual a Él. Mi querido Señor, Tú siempre estás situado en el estado de bondad incontaminada (śuddha-sattva). Tu aparición es necesaria para restablecer el verdadero conocimiento védico, en contraposición a la filosofía atea que trata de establecer que Dios y las entidades vivientes son uno y lo mismo. Mi querido Señor Kṛṣṇa, esta vez has aparecido en el hogar de Vasudeva como su hijo, junto con Tu expansión plenaria, Śrī Balarāma. Tu misión es matar a todas las familias reales ateas, junto con su inmenso poder militar. Has aparecido para minimizar la carga excesiva del mundo, y para cumplir esta misión has glorificado a la dinastía de Yadu, apareciendo en la familia como uno de sus miembros.
»Mi querido Señor, hoy mi hogar ha sido purificado con Tu presencia. Me he convertido en la persona más afortunada del mundo. La Suprema Personalidad de Dios, quien es digno de recibir la adoración de todos los distintos tipos de semidioses, pitās, entidades vivientes, reyes y emperadores, y quien es la Superalma de todas las cosas, ha entrado en mi hogar. El agua de Sus pies de loto está purificando los tres mundos, y ahora bondadosamente Él ha venido a mi hogar. ¿Quién, de entre los hombres verdaderamente eruditos de estos tres mundos no se refugiará en Tus pies de loto y se rendirá a Ti? ¿Quién, sabiendo bien que nadie puede ser tan afectuoso como Tú eres con Tus devotos, es tan tonto que rehusará convertirse en Tu devoto? A través de toda la literatura védica se declara que eres el amigo más querido de toda entidad viviente. Esto lo confirma el Bhagavad-gītā: suhṛdam sarva-bhūtānām. Tú eres la Suprema Personalidad de Dios, completamente competente para satisfacer los deseos de Tus devotos. Eres el verdadero amigo de todos. A pesar de darte a Tus devotos, Tu potencia original nunca se agota. El volumen de Tu potencia ni disminuye ni aumenta.
»Mi querido Señor, aun para los grandes yogīs místicos y los semidioses, es muy difícil el conocer de forma cierta cuáles son Tus movimientos. Ellos no se pueden acercar a Ti, y aun así, por Tu misericordia sin causa, has consentido bondadosamente venir a mi hogar. Este es el momento más auspicioso de la jornada de mi existencia material. Tan solo por Tu gracia, puedo comprender que mi hogar, mi esposa, mis hijos y mis posesiones mundanas son todos diferentes lazos que me atan a la existencia material. Por favor corta el nudo y sálvame de este enredo de sociedad, amistad y amor falsos».
El Señor Śrī Kṛṣṇa estaba muy complacido por el ofrecimiento de oraciones de Akrūra. Su sonrisa estaba cautivando a Akrūra cada vez más. El Señor le respondió así: «Mi querido Akrūra, a pesar de tu sumisión, te considero como Mi superior, al nivel de Mi padre y de Mi maestro, y del amigo que más nos desee el bien. Por lo tanto, eres digno de recibir Mi adoración, y debido a que eres Mi tío, siempre Me habrás de proteger. Deseo que Me mantengas, debido a que soy uno de tus propios hijos. Independientemente de esta relación filial, siempre se te debe adorar. Cualquiera que desee buena fortuna tiene que ofrecer sus reverencias respetuosas a personalidades como tú. Eres más que los semidioses. Las personas adoran a los semidioses cuando están necesitadas de alguna complacencia de los sentidos; los semidioses ofrecen bendiciones a sus devotos después de que ellos los adoran. Pero un devoto como Akrūra está siempre dispuesto a ofrecer la más grande bendición a la gente. Una persona santa o un devoto tiene la libertad de ofrecerle bendiciones a todo el mundo, mientras que los semidioses pueden ofrecer bendiciones solamente después de ser adorados. Uno puede aprovechar el lugar de peregrinaje solamente después de ir hasta allí. Si se adora a un semidiós en particular, hay que esperar un largo tiempo para que se cumpla el deseo; pero las personas santas como tú, mi querido Akrūra, pueden satisfacer inmediatamente todos los deseos de los devotos. Mi querido Akrūra, siempre eres nuestro amigo y bienqueriente. Estás siempre dispuesto a actuar para nuestro bienestar. Por lo tanto, ten la bondad de ir a Hastināpura y ve qué arreglo se ha hecho para los Pāṇḍavas».
Kṛṣṇa estaba muy ansioso de saber de los hijos de Pāṇḍu, debido a que a una muy temprana edad habían perdido a su padre. Siendo muy amigo de Sus devotos, Kṛṣṇa estaba ansioso de saber de ellos, y por lo tanto, delegó a Akrūra a que fuera a Hastināpura y obtuviera la información de la verdadera situación. Kṛṣṇa continuó diciendo: «He oído que después de la muerte del rey Pāṇḍu, sus jóvenes hijos —Yudhiṣṭira, Bhīma, Arjuna, Nakula y Sahadeva— junto con su madre viuda, han quedado bajo el cuidado de Dhṛtarāṣṭra, quien vela por ellos como su guardián. Pero también he oído que Dhṛtarāṣṭra no solamente es ciego de nacimiento, sino que también es ciego en su afecto por su hijo cruel, Duryodhana. Los cinco Pāṇḍavas son los hijos del rey Pāṇḍu, pero Dhṛtarāṣṭra, debido a sus planes y designios, no tiene una disposición favorable por los Pāṇḍavas. Ten la bondad de ir allá, y estudia cómo Dhṛtarāṣṭra trata a los Pāṇḍavas. Al recibir tu reporte, consideraré cómo he de favorecer a los Pāṇdavas». De esta manera la Suprema Personalidad de Dios, Kṛṣṇa, ordenó a Akrūra que fuera a Hastināpura, y luego regresó a Su hogar, acompañado por Balarāma y Uddhava.
Así termina el significado de Bhaktivedanta del capítulo cuadragésimo octavo del libro Kṛṣṇa, titulado: «Kṛṣṇa complace a Sus devotos».