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Text 8

aho sanāthā bhavatā sma yad vayaṁ
traiviṣṭapānām api dūra-darśanam
prema-smita-snigdha-nirīkṣaṇānanaṁ
paśyema rūpaṁ tava sarva-saubhagam

aho—¡oh, es nuestra buena suerte!; sa-nāthāḥ—estar bajo la protección del amo; bhavatā—por Tu buena persona; sma—como nos hemos vuelto; yat vayam—como somos; traiviṣṭa-pānām—de los semidioses; api—también; dūra-darśanam—visto muy rara vez; prema-smita—sonriendo con amor; snigdha—afectuoso; nirīkṣaṇa-ānanam—cara que luce de esa manera; paśyema—miremos; rūpam—belleza; tava—Tuya; sarva—todo; saubhagam—lo auspicioso.

¡Oh!, es nuestra buena suerte que hoy estemos de nuevo bajo Tu protección con Tu presencia, pues Tu Señoría rara vez visita ni siquiera a los ciudadanos del cielo. Ahora nos es posible mirar Tu cara sonriente, que está llena de miradas afectuosas. Ahora podemos ver Tu forma trascendental, llena de todo lo auspicioso.

SIGNIFICADO: Solo los devotos puros pueden ver al Señor en Su eterna forma personal. El Señor nunca es impersonal, sino que es la Suprema y Absoluta Personalidad de Dios, a quien es posible visitar cara a cara mediante el desempeño de servicio devocional, lo cual les resulta imposible de hacer incluso a los ciudadanos de planetas superiores. Cuando Brahmājī y otros semidioses quieren consultar con el Señor Viṣṇu —la porción plenaria del Señor Kṛṣṇa— tienen que aguardar en la orilla del océano de leche en el que el Señor Viṣṇu yace en la Tierra Blanca (Śvetadvīpa). Ese océano de leche y el planeta Śvetadvīpa son la réplica de Vaikuṇṭhaloka dentro del universo. Ni Brahmājī ni los semidioses como Indra pueden entrar en esa isla de Śvetadvīpa, pero ellos pueden pararse en la orilla del océano de leche y trasmitirle su mensaje al Señor Viṣṇu, conocido como Kṣīrodakaśāyī Viṣṇu. De modo que, ellos ven al Señor muy rara vez, pero los habitantes de Dvārakā, por ser devotos puros sin ningún vestigio de contaminación material de las actividades fruitivas y la especulación filosófica empírica, pueden ver al Señor cara a cara por la gracia de Él. Ese es el estado original de las entidades vivientes, y se puede alcanzar si revivimos nuestro estado de vida natural y constitucional, que se descubre mediante el servicio devocional únicamente.

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