Text 11
vidhūya tad ameyātmā
bhagavān dharma-gub vibhuḥ
miṣato daśamāsasya
tatraivāntardadhe hariḥ
vidhūya—habiendo lavado por completo; tat—esa; ameyātmā—la Superalma que está dentro y fuera de todo; bhagavān—la Personalidad de Dios; dharma-gup—el protector de la rectitud; vibhuḥ—el Supremo; miṣataḥ—mientras observaba; daśamāsasya—de aquel a quien visten todas las direcciones; tatra eva—en seguida; antaḥ—perderse de vista; dadhe—se volvió; hariḥ—el Señor.
Mientras era así observado por el niño, el Supremo Señor y Personalidad de Dios, la Superalma de todos y el protector de los justos, quien se extiende por todas las direcciones y a quien el tiempo y el espacio no lo limitan, desapareció de súbito.
SIGNIFICADO: El niño Parīkṣit no estaba observando a un ser viviente a quien lo limitan el tiempo y el espacio. Entre el Señor y el ser viviente individual hay un abismo. Al Señor se le menciona aquí como el ser viviente supremo, no limitado por el tiempo y el espacio. A todo ser viviente lo limita el tiempo y el espacio. Aun a pesar de que el ser viviente sea uno con el Señor en sentido cualitativo, cuantitativamente existe una gran diferencia entre el Alma Suprema y el alma individual común. En el Bhagavad-gītā se dice que tanto los seres vivientes como el Ser Supremo son omnipresentes (yena sarvam idaṁ tatam); sin embargo, hay una diferencia entre esas dos clases de omnipresencia. Un ser viviente o alma común puede ser omnipresente dentro de su propio y limitado cuerpo, pero el ser viviente supremo es omnipresente en todo espacio y en todo tiempo. Con su omnipresencia, el ser viviente común no puede extender su influencia sobre otro ser viviente común, pero la Superalma Suprema, la Personalidad de Dios, es ilimitadamente capaz de ejercer Su influencia sobre todos los lugares y todos los tiempos, y sobre todos los seres vivientes. Y por ser Él omnipresente, no limitado por el tiempo y el espacio, puede aparecer incluso dentro del vientre de la madre del niño Parīkṣit. A Él se le menciona aquí como el protector de los justos. Cualquiera que sea un alma entregada al Supremo es justo, y el Señor lo protege de modo específico en todas las circunstancias. El Señor también es el protector indirecto del injusto, pues Él corrige los pecados de estos a través de Su potencia externa. Al Señor se le menciona aquí como aquel que está vestido en las diez direcciones. Esto significa: vestido con prendas en diez lados, arriba y abajo. Él está presente en todas partes, y puede aparecer y desaparecer a voluntad de cualquier lugar, sin excepción. Su desaparición de la vista del niño Parīkṣit no significa que apareciera en el lugar proveniente de alguna otra parte. Él ya se hallaba presente ahí, e incluso después de Su desaparición estaba ahí, aunque invisible a los ojos del niño. La cobertura material constituida por el refulgente firmamento es también algo así como el vientre de la Madre Naturaleza, y el Señor, el padre de los seres vivientes, nos pone en ese vientre. El Señor está presente en todas partes, incluso en este vientre material de madre Durgā, y aquellos que lo merecen pueden verlo.