Text 14
hiraṇyaṁ gāṁ mahīṁ grāmān
hasty-aśvān nṛpatir varān
prādāt svannaṁ ca viprebhyaḥ
prajā-tīrthe sa tīrthavit
hiraṇyam—oro; gām—vacas; mahīm—tierras; grāmān—aldeas; hasti—elefantes; aśvān—caballos; nṛpatiḥ—el rey; varān—recompensa; prādāt—dio como caridad; su-annam—buenos granos alimenticios; ca—y; viprebhyaḥ—a los brāhmaṇas; prajā-tīrthe—en ocasión de dar caridad con motivo del nacimiento de un hijo; saḥ—él; tīrtha-vit—aquel que sabe cómo, cuándo y dónde debe darse caridad.
Ante el nacimiento de un hijo, el rey, que sabía cómo, dónde y cuándo se debía dar caridad, les dio a los brāhmaṇas oro, tierras, aldeas, elefantes, caballos y buenos granos alimenticios.
SIGNIFICADO: Solo los brāhmaṇas y sannyāsīs están autorizados a aceptar la caridad que dan las personas casadas. En todas las diferentes ocasiones de saṁskāras, especialmente durante el nacimiento, el matrimonio y el deceso, se distribuyen riquezas entre los brāhmaṇas, debido a que ellos prestan el servicio de más alta calidad en relación con la necesidad primordial de la humanidad. La caridad era considerable en la forma de oro, tierras, aldeas, caballos, elefantes y granos alimenticios, junto con otros materiales para cocinar una comida completa. Así pues, los brāhmaṇas no eran pobres en el verdadero sentido de la palabra. Por el contrario, como poseían oro, tierras, aldeas, caballos, elefantes y suficientes granos, no tenían que ganarse nada por sí mismo. Ellos simplemente se consagraban a trabajar por el bienestar de toda la sociedad.
La palabra tīrthavit es significativa, porque el rey sabía bien dónde y cuándo se debía dar caridad. La caridad nunca es ciega ni improductiva. En los śāstras se indica que la caridad se les ofrecía a personas que merecían recibirla en virtud de la iluminación espiritual. En los śāstras jamás se ha de encontrar que el objeto de la caridad sea el llamado daridra-nārāyaṇa, un concepto erróneo que del Señor Supremo tienen algunas personas desautorizadas. Ni tampoco puede un hombre pobre y desdichado recibir una gran y generosa caridad en la forma de caballos, elefantes, tierras y aldeas. En conclusión, a los hombres inteligentes, o los brāhmaṇas dedicados específicamente al servicio del Señor, se les mantenía como es debido, sin que tuvieran que angustiarse por las necesidades del cuerpo, y el rey y otras personas casadas velaban por todas sus comodidades con mucho gusto.
En los śāstras se estipula que mientras el niño está unido a la madre mediante el cordón umbilical, su cuerpo y el de la madre son uno solo, y en cuanto se corta el cordón y el niño se separa de la madre, se realiza el proceso purificatorio de jāta-karma. Los semidioses administradores y los antepasados de la familia van a ver al niño recién nacido, y una ocasión tal se acepta específicamente como el momento indicado para distribuir riquezas entre las personas idóneas, de una manera productiva para el avance espiritual de la sociedad.