Text 20
yena caivābhipanno ’yaṁ
prāṇaiḥ priyatamair api
janaḥ sadyo viyujyeta
kim utānyair dhanādibhiḥ
yena—tirado por ese tiempo; ca—y; eva—indudablemente; abhipannaḥ—dominado; ayam—este; prāṇaiḥ—con vida; priya-tamaiḥ—que es lo más querido por todos; api—aun a pesar; janaḥ—persona; sadyaḥ—de inmediato; viyujyeta—entregar; kim uta anyaiḥ—ni qué hablar de cualquier otra cosa; dhana-ādibhiḥ—tales como riqueza, honor, hijos, tierra y casa.
Quienquiera que esté bajo la influencia del kāla supremo [el tiempo eterno], debe entregar su muy querida vida, y ni qué hablar de otras cosas, tales como riquezas, honor, hijos, tierra y hogar.
SIGNIFICADO: Un gran científico hindú, muy dedicado a la cuestión de hacer planes, mientras iba a asistir a una reunión importante de la comisión planificadora, fue repentinamente llamado por el invencible tiempo eterno, y tuvo que entregar su vida, esposa, hijos, casa, tierra, riquezas, etc. Durante la revuelta política que hubo en la India y la división de esta en Pakistán e Indostán, muchísimos hindúes ricos e influyentes tuvieron que entregar la vida, las propiedades y el honor, debido a la influencia del tiempo, y hay cientos y miles de ejemplos como estos por todas partes del mundo y del universo, que son todos efectos de la influencia del tiempo. Por lo tanto, la conclusión es que en el universo no hay ningún ser viviente que sea tan poderoso, que pueda superar la influencia del tiempo. Muchos poetas han escrito versos en los que lamentan la influencia del tiempo. Muchas devastaciones han ocurrido en los universos por influencia del tiempo, y nadie pudo detenerlas por ningún medio. Incluso en nuestra vida cotidiana, muchísimas cosas que están fuera de nuestras manos van y vienen, y tenemos que sufrirlas o tolerarlas irremediablemente. Ese es el resultado del tiempo.