Text 58
dahyamāne ’gnibhir dehe
patyuḥ patnī sahoṭaje
bahiḥ sthitā patiṁ sādhvī
tam agnim anu vekṣyati
dahyamāne—mientras se quema; agnibhiḥ—mediante el fuego; dehe—el cuerpo; patyuḥ—del esposo; patnī—la esposa; saha-uṭaje—junto con la choza de paja; bahiḥ—afuera; sthitā—situada; patim—al esposo; sādhvī—la casta dama; tam—ese; agnim—fuego; anu vekṣyati—mirando con gran atención, entrará en el fuego.
Observando a su esposo desde afuera, mientras él, junto con su choza de paja, se quema en el fuego del poder místico, la casta esposa entrará en el fuego con la atención absorta.
SIGNIFICADO: Gāndhārī era una dama casta ideal, la compañera de su esposo durante toda la vida, y, por consiguiente, cuando lo vio ardiendo en el fuego del yoga místico junto con su choza de hojas, se desesperó. Ella se fue del hogar después de perder a sus cien hijos, y en el bosque vio que su muy querido esposo también se estaba quemando. Ahora ella se sintió verdaderamente sola y, en consecuencia, entró en el fuego de su esposo y lo siguió hasta la muerte. Esta entrada de una dama casta al fuego de su esposo muerto se conoce como el rito satī, y la acción se considera de lo más perfecta para una mujer. En épocas recientes, este rito satī se convirtió en una detestable cuestión criminal, porque la ceremonia se le imponía incluso a una mujer que no la deseaba. En esta caída era no es posible que ninguna dama siga el rito satī tan castamente como lo hicieron Gāndhārī y otras en épocas pasadas. Una esposa tan casta como Gāndhārī sentiría que la separación de su esposo quema más que el propio fuego. Una dama de esa índole puede observar el rito satī voluntariamente, sin la criminal imposición de nadie. Cuando el rito se volvió una formalidad y se usaba a la fuerza para que la mujer siguiera el principio, de hecho se convirtió en algo criminal, y, por lo tanto, la ley del Estado tuvo que prohibir la ceremonia. Esta profecía que Nārada Muni le dijo a Mahārāja Yudhiṣṭhira, le prohibía a este ir en busca de su tía viuda.