Text 41
vācaṁ juhāva manasi
tat prāṇa itare ca tam
mṛtyāv apānaṁ sotsargaṁ
taṁ pañcatve hy ajohavīt
vācam—discursos; juhāva—renunció; manasi—en la mente; tat-prāṇe—la mente en la respiración; itare ca—también otros sentidos; tam—en eso; mṛtyau—en la muerte; apānam—respiración; sa-utsargam—con toda dedicación; tam—eso; pañcatve—en el cuerpo hecho de cinco elementos; hi—ciertamente; ajohavīt—lo amalgamó.
Entonces, amalgamó todos los órganos de los sentidos con la mente, luego la mente con la vida, la vida con la respiración, su existencia total con el cuerpo de los cinco elementos, y su cuerpo con la muerte. Luego, como ser puro, quedó libre de la concepción material de la vida.
SIGNIFICADO: Mahārāja Yudhiṣṭhira, al igual que su hermano Arjuna, comenzó a concentrarse, y gradualmente se libró de todo cautiverio material. Primero que todo, él concentró todas las acciones de los sentidos y las amalgamó con la mente, o, en otras palabras, dirigió la mente hacia el servicio trascendental del Señor. Él oró pidiendo que, como todas las actividades materiales las realiza la mente en función de acciones y reacciones de los sentidos materiales, y como él iba de vuelta a Dios, la mente terminara sus actividades materiales y se volviera hacia el servicio trascendental del Señor. Ya no había necesidad de actividades materiales. En realidad, las actividades de la mente no pueden ser detenidas, pues son el reflejo del alma eterna, pero se puede cambiar la calidad de las actividades, haciéndolas pasar de la materia al servicio trascendental del Señor. El color material de la mente se cambia cuando uno la limpia de contaminaciones provenientes de la respiración vital, y con ello la libera de la contaminación de los reiterados nacimientos y muertes y la sitúa en el plano de la vida espiritual pura. Todo lo manifiesta el organismo temporal que es el cuerpo material, el cual es producido por la mente a la hora de la muerte, y si la mente se purifica mediante la práctica del amoroso servicio trascendental del Señor y se dedica constantemente al servicio de los pies de loto del Señor, no hay más posibilidades de que al morir produzca otro cuerpo material. En ese momento se encontrará libre de la absorción en la contaminación material. El alma pura será capaz de ir de vuelta al hogar, de vuelta a Dios.