Text 18
dharmaḥ padaikena caran
vicchāyām upalabhya gām
pṛcchati smāśru-vadanāṁ
vivatsām iva mātaram
dharmaḥ—la personalidad de los principios religiosos; padā—pata; ekena—en una sola; caran—deambulando; vicchāyām—dominada por la sombra de la angustia; upalabhya—habiéndose encontrado; gām—la vaca; pṛcchati sma—preguntando; aśru-vadanām—con lágrimas en la cara; vivatsām—aquella que ha perdido a su hijo; iva—como; mātaram—la madre.
La personalidad de los principios religiosos, Dharma, estaba deambulando en la forma de un toro. Y él se encontró a la personalidad de la Tierra en la forma de una vaca, la cual parecía estar tan afligida como una madre que ha perdido a su hijo. Ella tenía lágrimas en los ojos, y la belleza de su cuerpo se había perdido. Así pues, Dharma interrogó a la Tierra de la siguiente manera.
SIGNIFICADO: El toro es el emblema de la moral, y la vaca es la representante de la Tierra. Cuando el toro y la vaca están alegres, se sobreentiende que la gente del mundo también está alegre. La razón de ello es que el toro ayuda a la producción de los granos en el campo agrícola, y la vaca proporciona la leche, el alimento milagroso en valores alimenticios completos. Por lo tanto, la sociedad humana mantiene muy cuidadosamente a estos dos importantes animales, de modo que puedan deambular por todas partes alegremente. Pero en la actualidad, en esta era de Kali, tanto el toro como la vaca están siendo matados y comidos por una clase de hombres que no conocen la cultura brahmínica. El toro y la vaca pueden ser protegidos por el bien de toda la sociedad humana, con solo difundir la cultura brahmínica como la perfección máxima de todos los asuntos culturales. Mediante el adelanto de esa cultura, la moral de la sociedad se mantiene debidamente, y, de esa manera, la paz y la prosperidad también se logran sin esfuerzo adicional. Cuando la cultura brahmínica se deteriora, la vaca y el toro son maltratados, y las acciones resultantes se ponen de manifiesto con los siguientes síntomas.