Text 48
tiraskṛtā vipralabdhāḥ
śaptāḥ kṣiptā hatā api
nāsya tat pratikurvanti
tad-bhaktāḥ prabhavo ’pi hi
tiraḥ-kṛtāḥ—si es difamado; vipralabdhāḥ—si es engañado; śaptāḥ—si es maldecido; kṣiptāḥ—perturbado por la negligencia; hatāḥ—o incluso si es matado; api—también; na—nunca; asya—por todos esos actos; tat—ellos; pratikurvanti—contrarrestan; tat—del Señor; bhaktāḥ—devotos; prabhavaḥ—poderosos; api—aunque; hi—ciertamente.
Los devotos del Señor son tan tolerantes, que incluso si son difamados, engañados, maldecidos, perturbados, desdeñados o incluso matados, jamás tienen deseos de vengarse.
SIGNIFICADO: Ṛṣi Śamīka también sabía que el Señor no perdona a una persona que ha cometido una ofensa a los pies de un devoto. El Señor solo puede indicar que hay que refugiarse en el devoto. Él pensó en su fuero interno que Mahārāja Parīkṣit podría salvarse si a su vez maldecía al niño. Pero, además, sabía que a un devoto puro le son indiferentes las ventajas o reveses de este mundo. En virtud de esto, los devotos nunca se sienten inclinados a contrarrestar la difamación, maldiciones, desdeños, etc., personales. En sus asuntos personales, a los devotos no les preocupan esas cosas. Pero en el caso de que se realicen en contra del Señor y Sus devotos, el devoto toma, entonces, medidas muy severas. Aquí se trataba de un asunto personal, y, por consiguiente, Śamīka Ṛṣi sabía que el rey no lo contrarrestaría. Así pues, no había más remedio que pedirle al Señor por el inmaduro niño.
No debe creerse que únicamente los brāhmaṇas son lo suficientemente poderosos como para dar maldiciones o bendiciones a los subordinados; el devoto del Señor, aunque no sea un brāhmaṇa, es más poderoso que elbrāhmaṇa. Pero un devoto poderoso nunca hace mal uso del poder en aras de su beneficio personal. Cualquier poder que el devoto tenga, siempre se utiliza en servir al Señor y Sus devotos, únicamente.