Text 40
tvam apy adabhra-śruta viśrutaṁ vibhoḥ
samāpyate yena vidāṁ bubhutsitam
prākhyāhi duḥkhair muhur arditātmanāṁ
saṅkleśa-nirvāṇam uśanti nānyathā
tvam—tú, buen alma; api—también; adabhra—vasto; śruta—Escrituras védicas; viśrutam—has oído también; vibhoḥ—del Todopoderoso; samāpyate—satisfecho; yena—por el cual; vidām—de los eruditos; bubhutsitam—que siempre desean adquirir conocimiento trascendental; prākhyāhi—describe; duḥkhaiḥ—por los sufrimientos; muhuḥ—siempre; ardita-ātmanām—las masas de gente que sufre; saṅkleśa—sufrimientos; nirvāṇam—mitigación; uśanti na—no se escapan de; anyathā—por otros medios.
Así que, describe por favor las actividades del Todopoderoso Señor que has aprendido con tu vasto conocimiento de los Vedas, pues eso satisfará los anhelos de grandes eruditos, y al mismo tiempo mitigará los sufrimientos de las masas de gente común, que siempre están padeciendo los tormentos materiales. En verdad, no hay otra manera de escaparse de esos sufrimientos.
SIGNIFICADO: Śrī Nārada Muni, sobre la base de la experiencia práctica, afirma rotundamente que la solución principal de todos los problemas del trabajo material, consiste en difundir muy ampliamente las glorias trascendentales del Señor Supremo. Hay cuatro clases de hombres buenos, y también hay cuatro clases de hombres malos. Las cuatro clases de hombres buenos reconocen la autoridad del Todopoderoso Dios y, en consecuencia, se refugian intuitivamente en el Señor (1) cuando están en dificultades, (2) cuando están necesitados de dinero, (3) cuando están adelantados en la adquisición de conocimiento, y (4) cuando están interesados en saber muchísimo más acerca de Dios. Por eso, Nāradajī le aconseja a Vyāsadeva que difunda el conocimiento trascendental de Dios en términos del vasto conocimiento védico que ya había adquirido.
En lo que respecta a los hombres malos, también son cuatro en total: (1) aquellos que simplemente están adictos a la modalidad del trabajo fruitivo progresivo y, en consecuencia, están sujetos a los sufrimientos que lo acompañan; (2) aquellos que simplemente están adictos al trabajo vicioso en aras de la satisfacción de los sentidos y que, entonces, sufren las consecuencias de ello; (3) aquellos que están muy adelantados en la adquisición de conocimiento desde el punto de vista material, pero que sufren por no tener la sensatez de reconocer la autoridad del Señor Todopoderoso; y (4) la clase de hombres conocidos como ateos y que, por lo tanto, odian intencionalmente el mismo nombre de Dios, aunque siempre se hallan en dificultades.
Śrī Nāradajī le aconsejó a Vyāsadeva que describiera las glorias del Señor, tan solo para hacerles el bien a todas la ocho clases de hombres, tanto buenos como malos. Por consiguiente, el Śrīmad-Bhāgavatam no está hecho para ninguna clase de hombres o secta en particular. Es para el alma sincera que verdaderamente quiere su propio bienestar y tranquilidad de espíritu.
Así terminan los significados de Bhaktivedanta correspondientes al capítulo quinto del Canto Primero del Śrīmad-Bhāgavatam, titulado: «Las instrucciones de Nārada a Vyāsadeva acerca del Śrīmad-Bhāgavatam».