Text 23
tvam ādyaḥ puruṣaḥ sākṣād
īśvaraḥ prakṛteḥ paraḥ
māyāṁ vyudasya cic-chaktyā
kaivalye sthita ātmani
tvam ādyaḥ—Tú eres el original; puruṣaḥ—la personalidad disfrutadora; sākṣāt—directamente; īśvaraḥ—el controlador; prakṛteḥ—de la naturaleza material; paraḥ—trascendental; māyām—la energía material; vyudasya—alguien que ha echado a un lado; cit-śaktyā—a fuerza de potencia interna; kaivalye—con bienaventuranza y conocimientos eternos y puros; sthitaḥ—colocado; ātmani—propio ser.
Tú eres la Personalidad de Dios original que se expande por todas las creaciones y que es trascendental a la energía material. Tú has anulado los efectos de la energía material a causa de Tu potencia espiritual. Tú siempre estás situado en el estado de bienaventuranza eterna y conocimiento trascendental.
SIGNIFICADO: El Señor dice en el Bhagavad-gītā que aquel que se entrega a los pies de loto de Él, puede liberarse de las garras de la nesciencia. Kṛṣṇa es como el sol, y māyā, o la existencia material, es como la oscuridad. Dondequiera que está la luz del sol, la oscuridad, o la ignorancia, desaparece de inmediato. Aquí se sugiere el mejor medio para salirse del mundo de la ignorancia. Al Señor se le refiere aquí como la Personalidad de Dios original. De Él se expanden todas las demás Personalidades de Dios. El Señor Viṣṇu que está dentro de todo es la porción plenaria, o expansión, del Señor Kṛṣṇa. El Señor se expande en innumerables formas de Dios y seres vivientes, junto con Sus diferentes energías. Pero Śrī Kṛṣṇa es el Señor original y primordial de quien todo emana. El aspecto omnipresente del Señor que se percibe dentro del mundo manifestado, es también una representación parcial del Señor. Paramātmā, por lo tanto, está incluido en Él. Él es la Absoluta Personalidad de Dios. Él no tiene nada que ver con las acciones y reacciones de la manifestación material, debido a que se encuentra muy por encima de la creación material. La oscuridad es una representación pervertida del sol, y, por consiguiente, la existencia de la oscuridad depende de la existencia del sol, pero en el sol propiamente dicho no hay vestigio alguno de oscuridad. Así como el sol está lleno únicamente de luz, de igual modo la absoluta Personalidad de Dios, más allá de la existencia material, está colmado de bienaventuranza. No solo está Él colmado de bienaventuranza, sino que también está colmado de variedad trascendental. La trascendencia no es estática en absoluto, sino que más bien está colmada de una variedad dinámica. Él es distinto de la naturaleza material, que se complica con sus tres modalidades. Él es parama, o el principal, y, por ende, es absoluto. Él tiene múltiples energías, y a través de Sus diversas energías crea, manifiesta, mantiene y destruye el mundo material. Sin embargo, en Su propia morada, todo es eterno y absoluto. Al mundo no lo conducen las energías o los poderosos agentes por sí solos, sino el potente todopoderoso con todas las energías.