Text 36
mattaṁ pramattam unmattaṁ
suptaṁ bālaṁ striyaṁ jaḍam
prapannaṁ virathaṁ bhītaṁ
na ripuṁ hanti dharma-vit
mattam—descuidado; pramattam—embriagado; unmattam—demente; suptam—dormido; bālam—niño; striyam—mujer; jaḍam—tonto; prapannam—rendido; viratham—aquel que ha perdido su cuadriga; bhītam—temeroso; na—no; ripum—enemigo; hanti—mata; dharma-vit—aquel que conoce los principios de la religión.
Una persona que conoce los principios de la religión no mata a un enemigo que está descuidado, embriagado, demente, dormido, temeroso o desprovisto de su cuadriga. Ni tampoco mata a un niño, a una mujer, a una criatura tonta o a un alma rendida.
SIGNIFICADO: Un guerrero que conoce los principios de la religión, nunca mata a un enemigo que no ofrece resistencia. Antiguamente, las batallas se peleaban de acuerdo con los principios de la religión, y no en aras de la complacencia de los sentidos. Si el enemigo resultaba estar embriagado, dormido, etc., como se mencionó anteriormente, nunca se le debía matar. Estos son algunos de los códigos de la guerra religiosa. En otras épocas, nunca se declaraba la guerra por los caprichos de líderes políticos egoístas; la guerra se efectuaba sobre la base de los principios religiosos libres de toda clase de vicios. La violencia que se aplica de acuerdo con los principios religiosos es muy superior a la llamada no violencia.