Text 32
śrī-bhīṣma uvāca
iti matir upakalpitā vitṛṣṇā
bhagavati sātvata-puṅgave vibhūmni
sva-sukham upagate kvacid vihartuṁ
prakṛtim upeyuṣi yad-bhava-pravāhaḥ
śrī-bhīṣmaḥ uvāca—Śrī Bhīṣmadeva dijo; iti—así pues; matiḥ—pensando, sintiendo y deseando; upakalpitā—invirtió; vitṛṣṇā—liberado de todos los deseos de los sentidos; bhagavati—a la Personalidad de Dios; sātvata-puṅgave—al líder de los devotos; vibhūmni—al gran; sva-sukham—autosatisfacción; upagate—a Aquel que lo ha logrado; kvacit—a veces; vihartum—por placer trascendental; prakṛtim—en el mundo material; upeyuṣi—lo acepta; yat-bhava—a partir de quien la creación; pravāhaḥ—es hecha y aniquilada.
Bhīṣmadeva dijo: Permítaseme ahora emplear en el Todopoderoso Señor Śrī Kṛṣṇa mis capacidades de pensar, sentir y desear, que durante tanto tiempo se dedicaron a diferentes temas y deberes de ocupaciones. El Señor Śrī Kṛṣṇa siempre está satisfecho en Sí Mismo, pero a veces, por ser el líder de los devotos, disfruta de placer trascendental mediante el hecho de descender al mundo material, si bien es únicamente a partir de Él que el mundo material se crea.
SIGNIFICADO: Puesto que Bhīṣmadeva era un estadista, el cabeza de la dinastía Kuru, un gran general y un líder de kṣatriyas, su mente se hallaba dispersa en muchos temas, y sus habilidades de pensar, sentir y desear estaban ocupadas en diferentes asuntos. Ahora, a fin de alcanzar el servicio devocional puro, quería invertir enteramente en el Ser Supremo, el Señor Kṛṣṇa, todas las capacidades de pensar, sentir y desear. Al Señor Kṛṣṇa se lo describe aquí como el líder de los devotos y como Todopoderoso. Aunque el Señor Kṛṣṇa es la Personalidad de Dios original, Él Mismo desciende a la Tierra para conferirles a Sus devotos puros el don del servicio devocional. Él desciende a veces como el Señor Kṛṣṇa tal como es Él, y a veces como el Señor Caitanya. Ambos son líderes de los devotos puros. Los devotos puros del Señor no tienen ningún otro deseo aparte del de servir al Señor y por eso se les llama sātvatas. El Señor es el principal de dichos sātvatas. Bhīṣmadeva, pues, no tenía más deseos que ese. A menos que uno esté purificado de toda clase de deseos materiales, el Señor no se vuelve su líder. Los deseos no pueden aniquilarse, sino que únicamente tienen que ser purificados. El propio Señor confirma en el Bhagavad-gītā que Él imparte Su instrucción desde dentro del corazón de un devoto puro que esté constantemente dedicado al servicio del Señor. Dicha instrucción se imparte no con algún propósito material, sino solo para ir de vuelta al hogar, de vuelta a Dios (10.10). Para el hombre común que quiere enseñorearse de la naturaleza material, el Señor no solo sanciona y se vuelve testigo de sus actividades, sino que, además, nunca le da al no devoto instrucciones para ir de vuelta a Dios. Esa es la diferencia en los tratos del Señor con diferentes seres vivientes: tanto con el devoto como con el no devoto. Él es el líder de todos los seres vivientes, tal como el rey del Estado gobierna tanto a los prisioneros como a los ciudadanos libres. Pero Sus tratos son diferentes en términos del devoto y el no devoto. Los no devotos nunca se preocupan por recibir ninguna instrucción del Señor, y, en consecuencia, el Señor permanece callado en el caso de ellos, aunque es testigo de todas sus actividades y les otorga los resultados necesarios, ya sean estos buenos o malos. Los devotos están por encima de esa bondad y maldad material. Ellos están progresando en el sendero de la trascendencia y, por consiguiente, no desean nada material. El devoto, además, reconoce a Śrī Kṛṣṇa como el Nārāyaṇa original, debido a que el Señor Śrī Kṛṣṇa, mediante Su porción plenaria, aparece como Kāraṇodakaśāyī Viṣṇu, la fuente original de toda la creación material. El Señor desea además tener la compañía de Sus devotos puros, y, solo por ellos, el Señor desciende a la Tierra y los anima. El Señor aparece por Su propia voluntad. Él no es forzado por las condiciones de la naturaleza material. Por lo tanto, a Él se le describe aquí como el vibhu, o el Todopoderoso, porque las leyes de la naturaleza material nunca lo condicionan.