Text 41
svapne yathā paśyati deham īdṛśaṁ
manorathenābhiniviṣṭa-cetanaḥ
dṛṣṭa-śrutābhyāṁ manasānucintayan
prapadyate tat kim api hy apasmṛtiḥ
svapne—en un sueño; yathā—como; paśyati—se ve; deham—el tipo de cuerpo; īdṛśam—del mismo modo; manorathena—con la especulación mental;abhiniviṣṭa—está completamente absorta; cetanaḥ—aquel cuya conciencia; dṛṣṭa—con todas las experiencias adquiridas mediante la vista; śrutābhyām—y con escuchar una descripción de alguna otra cosa; manasā—con la mente; anucintayan—pensar, sentir y desear; prapadyate—se entrega; tat—a esa situación; kim api—qué decir de; hi—en verdad; apasmṛtiḥ—experimentar el olvido del cuerpo actual.
Después de experimentar una situación con la vista o el oído, meditamos y especulamos acerca de ella. Así acabamos por entregarnos a esa situación, sin tener en cuenta nuestro cuerpo actual. Del mismo modo, sirviéndonos de la mente, de noche soñamos que vivimos en circunstancias distintas, en otros cuerpos, y olvidamos nuestra verdadera posición. Por ese mismo proceso, abandonamos nuestro cuerpo actual y recibimos el siguiente [tathā dehāntara-praptiḥ].
SIGNIFICADO: En este verso se ofrece una explicación muy clara de la transmigración del alma. A veces nos olvidamos de nuestro cuerpo actual y pensamos en un cuerpo del pasado, el que teníamos cuando éramos niños, con el que jugábamos, saltábamos, hablábamos, etc. Cuando deja de funcionar, el cuerpo material se vuelve polvo: «Pues polvo eres y en polvo te convertirás». Pero, aunque el cuerpo se funda de nuevo con los cinco elementos materiales —tierra, agua, fuego, aire y éter—, la mente continúa activa. La mente es la sustancia sutil en que se crea el cuerpo, como de hecho comprobamos en nuestros sueños, y también, despiertos, cuando nos dejamos llevar por la imaginación. Debemos entender que el proceso de especulación mental produce un nuevo tipo de cuerpo que no existe en realidad. Si podemos entender la naturaleza de la mente (manorathena) y de sus actividades de pensar, sentir y desear, no tendremos dificultad en comprender que de la mente se originan diversos tipos de cuerpos.
Por ello, el movimiento para la conciencia de Kṛṣṇa ofrece un proceso de actividades trascendentales mediante el cual la mente se absorbe plenamente en prácticas relacionadas con Kṛṣṇa. La presencia del alma se percibe mediante la conciencia. Es necesario purificar esa conciencia, que está en el plano material, y elevarla hasta el plano espiritual, o, en otras palabras, al plano consciente de Kṛṣṇa. Lo espiritual es eterno, y lo material es temporal. Sin conciencia de Kṛṣṇa, la conciencia está siempre absorta en cosas temporales. Por esa razón, Kṛṣṇa en el Bhagavad-gītā (9.34) nos recomienda a todos: man-manā bhava mad-bhakto mad-yājī māṁ namaskuru. Debemos estar siempre absortos en pensar en Kṛṣṇa, debemos ser Sus devotos, ocuparnos siempre en Su servicio, adorar Su grandeza suprema y ofrecerle constantemente reverencias. En el mundo material siempre somos sirvientes de una persona mejor situada, y en el mundo espiritual nuestra posición constitucional consiste en servir al Supremo, el más grande, paraṁ brahma. Esa es la instrucción de Śrī Caitanya Mahāprabhu: jīvera ‘svarūpa’haya—kṛṣṇera ‘nitya-dāsa’ (Cc. Madhya 20.108).
Actuar con conciencia de Kṛṣṇa es la perfección de la vida y la perfección más elevada del yoga. El Señor Kṛṣṇa dice en el Bhagavad-gītā (6.47):
yoginām api sarveṣāṁ
mad-gatenāntarātmanā
śraddhāvān bhajate yo māṁ
sa me yuktatamo mataḥ
«De todos los yogīs, aquel que tiene una gran fe y siempre mora en Mí, piensa en Mí y Me ofrece servicio amoroso trascendental, es el que está más íntimamente unido a Mí en yoga y es el más elevado de todos. Esa es Mi opinión».
El estado de la mente, que oscila entre saṅkalpa y vikalpa, la aceptación y el rechazo, es muy importante cuando el alma pasa a otro cuerpo material en el momento de la muerte.
yaṁ yaṁ vāpi smaran bhāvaṁ
tyajaty ante kalevaram
taṁ tam evaiti kaunteya
sadā tad-bhāva-bhāvitaḥ
«El estado de existencia que se recuerda al abandonar el cuerpo, ¡oh, hijo de Kuntī!, es el estado que, indefectiblemente, se va a alcanzar» (Bg. 8.6). Por lo tanto, debemos preparar la mente mediante el sistema de bhakti-yoga, como Mahārāja Ambarīṣa, que siempre permaneció consciente de Kṛṣṇa: sa vai manaḥ kṛṣṇa-padāravindayoḥ. Debemos fijar la mente en los pies de loto de Kṛṣṇa las veinticuatro horas del día. Cuando la mente está fija en los pies de loto de Kṛṣṇa, las actividades de los demás sentidos se centran también en el servicio de Kṛṣṇa. Hṛṣīkeṇa hṛṣīkeśa-sevanaṁ bhaktir ucyate: Bhakti es servir a Hṛṣīkeśa, el amo de los sentidos, con los sentidos purificados. Aquellos que se ocupan constantemente en servicio devocional están situados en un estado trascendental, por encima de las modalidades materiales de la naturaleza. En el Bhagavad-gītā (14.26), Kṛṣṇa dice:
māṁ ca yo ’vyabhicāreṇa
bhakti-yogena sevate
sa guṇān samatītyaitān
brahma-bhūyāya kalpate
«Aquel que se dedica por completo al servicio devocional, firme en todas las circunstancias, trasciende de inmediato las modalidades de la naturaleza material y llega así al plano del Brahman». Para aprender el secreto del éxito, debemos acudir a las Escrituras védicas, y en especial al Bhagavad-gītā tal y como es, donde se presenta la esencia del conocimiento védico.
La palabra apasmṛtiḥ es significativa, pues la mente, en última instancia, se halla bajo el control de la Suprema Personalidad de Dios, Kṛṣṇa. Apasmṛtiḥ es el olvido de la propia identidad. El Señor dice: mattaḥ smṛtir jñānam apohanaṁ ca: «De Mí vienen el recuerdo, el conocimiento y el olvido». Por lo tanto, el Señor Supremo puede controlar ese apasmṛtiḥ. En el momento de la muerte, Kṛṣṇa, en lugar de permitirnos olvidar nuestra verdadera posición, puede revivir nuestra identidad original, aunque el estado de la mente sea muy inestable. En el momento de la muerte, es probable que la mente no funcione bien, pero Kṛṣṇa da al devoto el refugio de Sus pies de loto. Por lo tanto, cuando un devoto abandona el cuerpo, la mente no le lleva a otro cuerpo material (tyaktvā dehaṁ punar janma naiti mām eti), sino que, como ya hemos comentado en versos anteriores, es Kṛṣṇa quien le lleva al lugar en que está realizando Sus pasatiempos (mām eti). Por consiguiente, siempre debemos tener la conciencia absorta en Kṛṣṇa. De ese modo alcanzaremos el éxito en la vida. En caso contrario, será la mente quien lleve al alma a otro cuerpo material. El alma será situada en el semen de un padre e impulsada hacia el vientre de una madre. El semen y el óvulo crean un tipo de cuerpo en particular, que viene determinado por la forma corporal de los padres. Una vez que el cuerpo ha madurado, el alma sale al exterior en ese cuerpo y comienza una nueva vida. Mediante ese proceso, el alma transmigra de un cuerpo a otro (tathā dehāntara-prāptiḥ). Por desdicha, las personas de poca inteligencia creen que todo termina cuando el cuerpo desaparece. Esos necios y sinvergüenzas están descarriando al mundo entero. Pero, como se afirma en el Bhagavad-gītā (2.20): na hanyate hanyamāne śarīre: El alma no muere cuando se destruye el cuerpo, sino que recibe otro cuerpo.