Text 48
mṛtyur buddhimatāpohyo
yāvad buddhi-balodayam
yady asau na nivarteta
nāparādho ’sti dehinaḥ
mṛtyuḥ—la muerte; buddhi-matā—por una persona inteligente; apohyaḥ—debe ser evitada; yāvat—mientras; buddhi-bala-udayam—tenga inteligencia y fuerza física; yadi—si; asau—esa (muerte); na nivarteta—no puede ser detenida; na—no; aparādhaḥ—ofensa; asti—hay; dehinaḥ—de la persona en peligro de muerte.
La persona inteligente, mientras tenga inteligencia y fuerza física, debe tratar de evitar la muerte. Ese es el deber de todo el que ha recibido un cuerpo. Pero si, a pesar de todos sus esfuerzos, no logra evitar la muerte, esa persona no comete ofensa.
SIGNIFICADO: Lo natural es que la persona que se enfrenta a una muerte prematura haga todo lo posible por salvarse. Ese es su deber. Aunque la muerte es segura, todos debemos tratar de evitarla y no resignarnos a morir sin hacerle frente, pues toda alma viviente es eterna por naturaleza. Puesto que la muerte es un castigo que se nos impone, un castigo propio de la condena en la existencia material, toda la cultura védica se basa en evitar la muerte (tyaktvā dehaṁ punar janma naiti). Mediante el cultivo de la vida espiritual, todos debemos tratar de evitar morir y tener que volver a nacer, y no debemos entregarnos a la muerte sin luchar por sobrevivir. El ser humano que no trata de detener la muerte no es inteligente. Devakī tenía ante sí la amenaza de una muerte inmediata, y Vasudeva hacía todo lo posible por salvarla, pues ese era su deber. Así, para salvar a Devakī, pensó en otra forma de convencer a Kaṁsa.