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Text 32

ye ’nye ’ravindākṣa vimukta-māninas
tvayy asta-bhāvād aviśuddha-buddhayaḥ
āruhya kṛcchreṇa paraṁ padaṁ tataḥ
patanty adho ’nādṛta-yuṣmad-aṅghrayaḥ


ye anye—cualquiera, o todos los demás; aravinda-akṣa—¡oh, el de ojos de loto!; vimukta-māninaḥ—erróneamente creyéndose libres del cautiverio de la contaminación material; tvayi—a Ti; asta-bhāvāt—especulando de diversas maneras, pero sin conocer Tus pies de loto ni desear más información acerca de ellos;aviśuddha-buddhayaḥ—cuya inteligencia aún no se ha purificado y que no conocen el objetivo de la vida; āruhya—aunque obtengan; kṛcchreṇa—por someterse a rigurosas austeridades, penitencias y arduo trabajo; param padam—la posición más elevada (conforme a su imaginación y especulación); tataḥ—de esa posición; patanti—caen; adhaḥ—de nuevo a la existencia material; anādṛta—dejando de lado la devoción a; yuṣmat—Tus; aṅghrayaḥ—pies de loto.


[Alguien podría decir que, además de los devotos, que siempre buscan refugio en los pies de loto del Señor, están aquellos que no son devotos pero que han emprendido otros procesos para alcanzar la salvación. ¿Qué resultado obtienen? Respondiendo a esta pregunta, el Señor Brahmā y los semidioses dijeron:] ¡Oh, Señor de ojos de loto!, los no devotos que se someten a rigurosas austeridades y penitencias para alcanzar la posición más elevada, puede que crean que están liberados, pero su inteligencia es impura. Como les falta la debida consideración por Tus pies de loto, acaban cayendo de su posición de imaginaria superioridad.


SIGNIFICADO: Aparte de los devotos, hay muchos no devotos: karmīs, jñānīs, yogīs, filántropos, altruistas, políticos, impersonalistas y nihilistas. Hay muchas clases de no devotos que tienen sus respectivas vías de liberación, pero, a pesar de sus pretensiones de estar liberados y de haber alcanzado la posición más elevada, todos ellos caen, por la sencilla razón de que no conocen el refugio de los pies de loto del Señor. Así lo afirma personalmente el Señor en el Bhagavad-gītā(9.3):

aśraddadhānāḥ puruṣā
dharmasyāsya parantapa
aprāpya māṁ nivartante
mṛtyu-saṁsāra-vartmani


«Aquellos que no tienen fe en el servicio devocional no pueden alcanzarme, ¡oh, conquistador del enemigo! Por lo tanto, vuelven al sendero del nacimiento y la muerte en este mundo material». Poco importa si somos karmīsjñānīsyogīs, filántropos, políticos o cualquier otra cosa; si no tenemos amor por los pies de loto del Señor, la caída es segura. Así lo dictamina el Señor Brahmā en este verso.


Algunas personas defienden que todos los procesos llevan al mismo destino y que lo mismo da seguir uno que otro, pero este verso desmiente a esas personas, y lo hace con la palabra vimukta-māninaḥ, que significa que, por mucho que piensen que han alcanzado la perfección suprema, lo cierto es que no lo han hecho. En nuestros días vemos surgir por todo el mundo grandes políticos confiados en que sus intrigas les permitirán alcanzar los importantes cargos de presidente o primer ministro, pero de hecho vemos que todos esos grandes políticos, presidentes y primeros ministros caen de su posición en esta misma vida precisamente por su condición de no devotos (patanty adhaḥ). No es fácil llegar a presidente o primer ministro; son cargos que no se consiguen sin muchísimo esfuerzo (āruhya kṛcchreṇa). Pero, aunque alguno logre sus objetivos, la naturaleza material puede derribarle en cualquier instante. Como vemos en la historia de la humanidad, han sido muchos los grandes políticos que han caído de la gloria de su posición en el gobierno y se han perdido en el olvido de los tiempos. La causa de ello esaviśuddha-buddhayaḥ: su inteligencia es impura. El śāstra dice: na te viduḥ svārtha-gatiṁ hi viṣṇum (Bhāg. 7.5.31). La perfección de la vida se obtiene siendo un devoto de Viṣṇu, pero esto la gente no lo sabe. Por consiguiente, como se afirma en el Bhagavad-gītā (12.5): kleśo 'dhikataras teṣām avyaktāsakta-cetasām. Las personas que, en definitiva, no aceptan a la Suprema Personalidad de Dios y no emprenden el servicio devocional, permaneciendo apegadas al impersonalismo y al nihilismo, deben pasar grandes trabajos para conseguir sus metas.

śreyaḥ-sṛtiṁ bhaktim udasya te vibho
kliśyanti ye kevala-bodha-labdhaye

(Bhāg. 10.14.4)


Para adquirir conocimiento, esas personas trabajan arduamente y se someten a rigurosas austeridades, pero esas mismas austeridades y arduos trabajos son su única recompensa, pues, de hecho, no alcanzan el verdadero objetivo de la vida.


Dhruva Mahārāja, al principio, deseaba para sí el mayor de los reinos materiales y unas riquezas que superasen a las de su padre, pero, cuando de hecho fue favorecido por el Señor, que apareció ante él para otorgarle la bendición deseada, Dhruva se negó a aceptarla, diciendo: svāmin kṛtārtho 'smi varaṁ na yāce: «Ahora estoy plenamente satisfecho. Ya no deseo ninguna bendición material» (Hari-bhakti-sudhodaya 7.28). Esa es la perfección de la vida. Yaṁ labdhvā cāparaṁ lābhaṁ manyate nādhikaṁ tataḥ (Bg. 6.22). Quien alcanza el refugio de los pies de loto del Señor se siente plenamente satisfecho y no aspira a ninguna otra bendición material.


Nadie ve la flor de loto cuando es de noche, ya que solo se abre durante el día. La palabra aravindākṣa es, por ello, significativa. Quien no se siente cautivado por los ojos de loto o por la forma trascendental del Señor Supremo, vive en las tinieblas, como el que no puede ver la flor de loto. La vida de quien no ha llegado a ver los ojos de loto y la forma trascendental de Śyāmasundara es un fracaso. Premāñjana-cchurita-bhakti-vilocanena santaḥ sadaiva hṛdayeṣu vilokayanti. Aquellos que están apegados a la Suprema Personalidad de Dios y sienten amor por Él ven constantemente los ojos de loto y los pies de loto del Señor. Pero quienes no pueden ver la belleza del Señor, entran en la categoría de anādṛta-yuṣmad-aṅghrayaḥ, «los que no tienen la debida consideración por la forma personal del Señor», y, ciertamente, hallan el fracaso en todas las facetas de la vida. No así quienes adquieren el más mínimo amor por la Suprema Personalidad de Dios, pues ellos alcanzan la liberación sin dificultad (svalpam apy asya dharmasya trāyate mahato bhayāt). Por consiguiente, en el Bhagavad-gītā (9.34) la Suprema Personalidad de Dios recomienda: man-manā bhava mad-bhakto mad-yājī māṁ namaskuru: «Piensa en Mí, sé Mi devoto, adórame y ofréceme respeto». Por seguir ese sencillo proceso, se nos garantiza que iremos de regreso al hogar, de vuelta a Dios, y que alcanzaremos la perfección más elevada. En otro pasaje del Bhagavad-gītā (18.54-55), el Señor afirma además:

brahma-bhūtaḥ prasannātmā
na śocati na kāṅkṣati
samaḥ sarveṣu bhūteṣu
mad-bhaktiṁ labhate parām

bhaktyā mām abhijānāti
yāvān yaś cāsmi tattvataḥ
tato māṁ tattvato jñātvā
viśate tad-anantaram


«Aquel que se establece así en el plano trascendental percibe de inmediato el Brahman Supremo y se vuelve plenamente dichoso. Nunca se lamenta ni desea poseer nada. Tiene la misma disposición para con todas las entidades vivientes. Habiendo alcanzado ese estado, Me ofrece servicio devocional puro. Únicamente se Me puede comprender tal y como soy, como la Suprema Personalidad de Dios, por medio del servicio devocional. Y cuando, mediante esa devoción, se tiene plena conciencia de Mí, se puede entrar en el Reino de Dios».

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