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Text 31

aho batāty-adbhutam eṣa rakṣasā
bālo nivṛttiṁ gamito ’bhyagāt punaḥ
hiṁsraḥ sva-pāpena vihiṁsitaḥ khalaḥ
sādhuḥ samatvena bhayād vimucyate


aho—¡ay!; bata—en verdad; ati—mucho; adbhutam—este incidente es maravillosamente asombroso; eṣaḥ—este (niño); rakṣasā—por el demonio antropófago;bālaḥ—el inocente niño Kṛṣṇa; nivṛttim—llevado para ser matado y comido; gamitaḥ—Se fue; abhyagāt punaḥ—pero ha regresado ileso; hiṁsraḥ—la persona envidiosa; sva-pāpena—por sus propias actividades pecaminosas; vihiṁsitaḥ—ahora (ese demonio) ha sido matado; khalaḥ—porque era envidioso y contaminado; sādhuḥ—toda persona que es inocente y está libre de la vida pecaminosa; samatvena—siendo ecuánime con todos; bhayāt—de toda clase de miedos; vimucyate—se alivia.


Es de lo más sorprendente que este inocente niño haya regresado vivo y sin rastro de heridas, pese que el rākṣasa se lo llevó para comérselo. Ese demonio, que era un pecador envidioso y cruel, ha sido matado por sus propias actividades pecaminosas. Esa es la ley de la naturaleza. El inocente devoto siempre goza de la protección de la Suprema Personalidad de Dios, y la persona pecaminosa siempre es destruida por su vida de pecado.


SIGNIFICADO: La vida consciente de Kṛṣṇa es una vida devocional e inocente; la persona que se ha consagrado por entero a Kṛṣṇa es un sādhu. Así lo confirma Kṛṣṇa en el Bhagavad-gītā (9.30): bhajate māṁ ananya-bhāk sādhur eva sa mantavyaḥ: Todo el que está plenamente apegado a Kṛṣṇa es un sādhu. Nanda Mahārāja, las gopīs y los demás pastores de vacas no podían entender que Kṛṣṇa era la Suprema Personalidad de Dios haciendo el papel de un niño humano, y que Su vida no corría peligro en ninguna circunstancia. Su intenso amor paternal por Kṛṣṇa les hacía pensar que Kṛṣṇa era un niño indefenso y que el Señor Supremo Le había salvado.


En el mundo material, la lujuria y los deseos de disfrute son tan intensos que nos llevan a enredarnos cada vez más en una vida de pecado (kāma eṣa krodha eṣa rajo-guṇa-samudbhavaḥ). Como consecuencia de ello, el miedo es uno de los aspectos de la vida material (āhāra-nidrā-bhaya-maithunaṁ ca). Pero, si nos volvemos conscientes de Kṛṣṇa, el proceso de servicio devocional, śravaṇaṁ kīrtanam, disminuye la contaminación de nuestra vida en la existencia material, y la Suprema Personalidad de Dios nos purifica y protege. Śṛṇvatāṁ sva-kathāḥ kṛṣṇaḥ puṇya-śravaṇa-kīrtanaḥ. Quien sigue la senda de la vida devocional tiene fe en ese proceso. Esa fe es una de las seis clases de entrega. Rakṣiṣyatīti viśvāsaḥ (Hari-bhakti-vilāsa 11.676). Uno de los procesos de entrega consiste en depender completamente de Kṛṣṇa, en la convicción de que Él nos brindará toda la protección que necesitemos. Que Kṛṣṇa siempre protege a Su devoto es una realidad, y Nanda Mahārāja y los demás habitantes de Vṛndāvana lo aceptaban con toda sencillez, aunque no sabían que tenían ante sí al Señor Supremo en persona. Hay muchos ejemplos de devotos que estuvieron a salvo en toda circunstancia, incluso cuando sus propios padres les pusieron en dificultades, como sucedió a Prahlāda Mahārāja y a Dhruva Mahārāja. Por consiguiente, nuestro único deber es volvernos conscientes de Kṛṣṇa y depender por completo de la protección de Kṛṣṇa.

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