Text 17
evaṁ sva-geha-dāmāni
yaśodā sandadhaty api
gopīnāṁ susmayantīnāṁ
smayantī vismitābhavat
evam—de esa manera; sva-geha-dāmāni—todas las cuerdas que encontró en casa; yaśodā—madre Yaśodā; sandadhati api—aunque estaba uniendo una tras otra; gopīnām—cuando todas las demás gopīs mayores amigas de madre Yaśodā; su-smayantīnām—se complacían con aquella diversión; smayantī—madre Yaśodā también sonreía; vismitā abhavat—todas ellas estaban asombradas.
Madre Yaśodā acabó uniendo todas las cuerdas que encontró en casa, pero, aun así, no consiguió atar a Kṛṣṇa. Las amigas de madre Yaśodā, las gopīs mayores del vecindario, sonreían y disfrutaban muy divertidas. Madre Yaśodā, pese a sus intensos esfuerzos, también sonreía. Todas ellas estaban completamente asombradas.
SIGNIFICADO: En realidad, lo maravilloso del episodio es que Kṛṣṇa no era más que un niño de manitas muy pequeñas. Para atarle bastaba con una cuerda de medio metro. Juntas, todas las cuerdas de la casa alcanzarían cientos de metros de longitud, pero Kṛṣṇa seguía siendo imposible de atar, pues las cuerdas resultaban demasiado cortas aun después de haberlas unido todas. Naturalmente, madre Yaśodā y sus amigas gopīs pensaban: «¿Cómo puede ser esto?». La situación era tan divertida que todas ellas sonreían. A la primera cuerda le faltaba el ancho de dos dedos, pero después de añadirle la segunda, seguía siendo dos dedos demasiado corta. Si se sumasen los dedos de anchura que le faltaban a cada una de las cuerdas, se cubriría una extensión de cientos de dedos. Era algo realmente asombroso. Kṛṣṇa realizaba otra exhibición de Su inconcebible potencia ante Su madre y las amigas de Su madre.