Texto 23
śrī-śuka uvāca
jitāsano jita-śvāso
jita-saṅgo jitendriyaḥ
sthūle bhagavato rūpe
manaḥ sandhārayed dhiyā
śrī-śukaḥ uvāca—Śukadeva Gosvāmī dijo; jita-āsanaḥ—manera controlada de sentarse; jita-śvāsaḥ—proceso respiratorio controlado; jita-saṅgaḥ—compañía controlada; jita-indriyaḥ—sentidos controlados; sthūle—en la materia burda; bhagavataḥ—a la Personalidad de Dios; rūpe—en el aspecto de; manaḥ—la mente; sandhārayet—debe aplicar; dhiyā—mediante la inteligencia.
Śukadeva Gosvāmī respondió: Uno debe controlar la manera de sentarse, regular el proceso respiratorio mediante el prāṇāyāma yóguico y controlar así la mente y los sentidos, y con la inteligencia, dirigir la mente hacia las potencias burdas del Señor [conocidas como el virāṭ-rūpa].
SIGNIFICADO: La mente del alma condicionada, absorta en lo material, no permite a dicha alma trascender el concepto corporal del yo, y por eso se prescribe el sistema de yoga de la meditación (en el que se controla la manera de sentarse y el proceso respiratorio, y se fija la mente en el Supremo), con el propósito de ir amoldando el carácter de la persona muy materialista. A menos que esos materialistas sean capaces de purificar la mente absorta en lo material, les resultará imposible concentrarse en pensamientos acerca de la trascendencia. Y para lograrlo, uno debe fijar la mente en el denso aspecto material, o externo del Señor. Las diferentes partes de la forma gigantesca del Señor se describen en los versos siguientes. Los hombres materialistas están muy ansiosos de adquirir ciertos poderes místicos como resultado de ese proceso de control, pero la verdadera finalidad de las regulaciones yóguicas es la de erradicar las suciedades que se han acumulado, tales como la lujuria, la ira, la avaricia y toda esa clase de contaminaciones materiales. Si el yogī místico se deja distraer por las proezas que acompañan el control místico, fracasa entonces su misión de lograr el éxito en el yoga, porque el objetivo final es lograr la perfecta comprensión de Dios. Por eso a él se le recomienda fijar por medio de una concepción diferente su mente materialista, y llegar así a comprender la potencia del Señor. En cuanto uno entiende que las potencias son manifestaciones instrumentales de la trascendencia, avanza automáticamente hasta el siguiente paso, y de un modo gradual le es posible alcanzar la etapa de la iluminación completa.