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Text 34

varṣa-pūga-sahasrānte
tad aṇḍam udake śayam
kāla-karma-svabhāva-stho
jīvo ’jīvam ajīvayat

varṣa-pūga—muchos años; sahasra-ante—de miles de años; tat—eso; aṇḍam—el globo del universo; udake—en el agua causal; ayam—estando ahogado; kāla—tiempo eterno; karma—acción; svabhāva-sthaḥ—de acuerdo con las modalidades de la naturaleza; jīvaḥ—el Señor de los seres vivientes; ajīvam—inanimado; ajīvayat—haciendo que se animara.

Así pues, todos los universos permanecieron por miles de evos en el agua [el océano Causal], y el Señor de los seres vivientes, entrando en cada uno de ellos, hizo que se animaran por completo.

SIGNIFICADO: Aquí se dice que el Señor es el jīva, debido a Él es el líder de todos los demás jīvas (entidades vivientes). En los Vedas se describe que Él es el nitya, el líder de todos los demás nityas. La relación del Señor con las entidades vivientes es como la del Padre con los hijos. Los hijos y el padre son iguales en sentido cualitativo, pero el padre nunca es el hijo y el hijo nunca es el padre engendrador. Así que, como se describió anteriormente, el Señor, como Garbhodakaśāyī Viṣṇu o la Superalma Hiraṇyagarbha, entra en todos y cada uno de los universos, y hace que se animen al engendrar las entidades vivientes en el vientre de la naturaleza material, como se confirma en el Bhagavad-gītā (14.3). Después de cada aniquilación de la creación material, todas las entidades vivientes se funden en el cuerpo del Señor y, después de la creación, la energía material es impregnada de nuevo con ellas. Por lo tanto, en la existencia material, la energía material es aparentemente la madre de las entidades vivientes, y el Señor es el padre. Sin embargo, cuando ocurre la animación, las entidades vivientes despiertan sus propias actividades naturales bajo el hechizo del tiempo y la energía y, así pues, se manifiestan las diversas variedades de seres vivientes. Por lo tanto, el Señor es, en fin de cuentas, la causa de toda animación en el mundo material.

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