Text 7
sa bhavān acarad ghoraṁ
yat tapaḥ susamāhitaḥ
tena khedayase nas tvaṁ
parā-śaṅkāṁ ca yacchasi
saḥ—él; bhavān—tu buena persona; acarat—emprendió; ghoram—severa; yat tapaḥ—meditación; su-samāhitaḥ—con disciplina perfecta; tena—por esa razón; khedayase—da dolor; naḥ—nosotros; tvam—tu buena persona; parā—la verdad última; śaṅkām—dudas; ca—y; yaccha si—dándonos una oportunidad.
Sin embargo, nos sentimos movidos a pensar en la existencia de alguien más poderoso que tú, cuando consideramos tus grandes austeridades ejecutadas con perfecta disciplina, si bien tu buena persona es muy poderosa en lo referente a la creación.
SIGNIFICADO: Siguiendo los pasos de Śrī Nārada Muni, uno no debe considerar ciegamente que su maestro espiritual es el propio Dios. A un maestro espiritual se le respeta, como corresponde, igual que a Dios; pero un maestro espiritual que proclama ser el propio Dios debe ser rechazado de inmediato. Nārada Muni aceptó que Brahmā era el Supremo, debido a los maravillosos actos que el Señor Brahmā realizara en la creación; pero cuando él vio que el Señor Brahmā también adoraba a un superior, se despertaron dudas en él. El Supremo es supremo, y no tiene ningún superior digno de su adoración. El ahaṅgrahopāsitā, o aquel que se adora a sí mismo con la idea de volverse el propio Dios, engaña, pero el discípulo inteligente puede detectar de inmediato que el Dios Supremo no tiene que adorar a nadie, ni siquiera a Sí Mismo, para volverse Dios. Ahaṅgrahopāsanā puede que sea uno de los procesos para lograr la iluminación trascendental, pero el ahaṅgrahopāsitā nunca puede ser el propio Dios. Nadie se vuelve Dios por someterse a un proceso de iluminación trascendental. Nārada Muni pensó que Brahmājī era la Persona Suprema, pero cuando vio a Brahmājī dedicado a un proceso de iluminación trascendental, se despertaron dudas en él. Así que él quiso que se le informara claramente.