Text 28
iti sambhṛta-sambhāraḥ
puruṣāvayavair aham
tam eva puruṣaṁ yajñaṁ
tenaivāyajam īśvaram
iti—así pues; sambhṛta—ejecuté; sambhāraḥ—me equipé bien; puruṣa—la Personalidad de Dios; avayavaiḥ—por las partes integrales; aham—yo; tam eva—a Él; puruṣam—la Personalidad de Dios; yajñam—el disfrutador de todos los sacrificios; tena eva—mediante todos esos; ayajam—adoré; īśvaram—el controlador supremo.
Así pues, de las partes del cuerpo del Señor Supremo, el disfrutador del sacrificio, yo creé los ingredientes y enseres para ofrecer sacrificios, y ejecuté el sacrificio para complacer al Señor.
SIGNIFICADO: La gente en general está siempre ansiosa de tener paz mental o paz en el mundo, pero ellos no saben cómo alcanzar ese nivel de paz en el mundo. Esa paz en el mundo se puede tener mediante las ejecuciones de sacrificio y austeridad. En el Bhagavad-gītā (5.29), se recomienda el siguiente remedio:
bhoktāraṁ yajña-tapasāṁ
sarva-loka-maheśvaram
suhṛdaṁ sarva-bhūtānāṁ
jñātvā māṁ śāntim ṛcchati
«Los karma-yogīs saben que el Señor Supremo es el verdadero disfrutador y sustentador de todos los sacrificios y de la vida austera. Ellos también saben que el Señor es el propietario último de todos los planetas, y que Él es el verdadero amigo de toda entidad viviente. Ese conocimiento gradualmente convierte a los karma-yogīs en devotos puros del Señor, a través de la asociación con devotos puros, y de ese modo pueden ser liberados del cautiverio material».
Brahmā, el ser viviente original del mundo material, nos enseñó el sendero del sacrificio. La palabra «sacrificio» sugiere la dedicación de los intereses de uno a la satisfacción de una segunda persona. Esa es la naturaleza de toda actividad. Todos los hombres se dedican a sacrificar sus intereses por otras personas, bien sea en la forma de familia, sociedad, comunidad, país o de la sociedad humana por entero. Pero la perfección de esos sacrificios se consigue, cuando se realizan en favor de la Persona Suprema, el Señor. Debido a que el Señor es el propietario de todo, debido a que el Señor es el amigo de toda criatura viviente, y debido a que Él es el sustentador del ejecutor de sacrificios, así como también el que suministra los ingredientes de los sacrificios, es solo Él, y nadie más, quien ha de ser satisfecho con todos los sacrificios.
El mundo entero está dedicado a sacrificar energía en aras del avance del conocimiento, la elevación social, el desarrollo económico y los planes para el mejoramiento total de la condición humana, pero nadie está interesado en sacrificarse por el Señor, tal como se aconseja en el Bhagavad-gītā. Por lo tanto, no existe paz en el mundo. Si de alguna manera los hombres quieren que haya paz en el mundo, deben practicar el sacrificio en honor del supremo propietario y amigo de todos.