Text 8
apāṁ vīryasya sargasya
parjanyasya prajāpateḥ
puṁsaḥ śiśna upasthas tu
prajāty-ānanda-nirvṛteḥ
apaṁ—del agua; vīryasya—del semen; sargasya—de lo generativo; parjanyasya—de lluvias; prajāpateḥ—del creador; puṁsaḥ—del Señor; śiśnaḥ—el órgano genital; upasthaḥ tu—el lugar donde se encuentra el órgano genital; prajāti—por engendrar; ānanda—placer; nirvṛteḥ—causa.
Del órgano genital del Señor se originan el agua, el semen, los órganos generativos, las lluvias y los procreadores. Su órgano genital es la causa de un placer que contrarresta la aflicción que el engendrar causa.
SIGNIFICADO: El órgano genital y el placer de engendrar contrarrestan los sufrimientos ocasionados por las cargas familiares. Uno dejaría de engendrar por completo, si no existiera, por la gracia del Señor, una capa, una sustancia dadora de placer, en la superficie de los órganos generativos. Esa sustancia da un placer tan intenso, que contrarresta por completo el sufrimiento causado por las cargas familiares. Las personas quedan tan cautivadas por esa sustancia dadora de placer, que no se satisface con engendrar un solo niño, sino que, simplemente debido a esa sustancia dadora de placer, aumentan el número de niños, con el gran riesgo que representa el mantenerlos. Sin embargo, esa sustancia dadora de placer no es falsa, debido a que se origina del cuerpo trascendental del Señor. En otras palabras, la sustancia dadora de placer es una realidad, pero ha adquirido un aspecto pervertido debido a la contaminación material. En el mundo material, la vida sexual es la causa de muchos sufrimientos que se deben al contacto material. Por lo tanto, la vida sexual del mundo material no debe ser alentada más de lo necesario. Existe necesidad de engendrar prole incluso en el mundo material, pero esa generación de niños deben llevarse a cabo con plena responsabilidad, en pos de valores espirituales. Los valores espirituales de la vida pueden ser entendidos en la forma humana de la existencia material, y el ser humano debe adoptar la planificación familiar de acuerdo con el contexto de los valores espirituales, y de ninguna otra manera. La forma degradada de restricción familiar, usando anticonceptivos, etc., es el peor tipo de contaminación material que existe. Los materialistas que usan esos dispositivos, quieren utilizar a plenitud, y por medios artificiales, la potencia dadora de placer de la cobertura del órgano genital, sin saber qué es lo importante espiritualmente. Y el hombre poco inteligente, al no conocer los valores espirituales, trata de utilizar solo el sensual placer material del órgano genital.