Text 18
tad-darśanāhlāda-pariplutāntaro
hṛṣyat-tanuḥ prema-bharāśru-locanaḥ
nanāma pādāmbujam asya viśva-sṛg
yat pāramahaṁsyena pathādhigamyate
tat—por esa audiencia del Señor; darśana—audiencia; āhlāda—júbilo; paripluta—dominado; antaraḥ—en el corazón; hṛṣyat—lleno de éxtasis; tanuḥ—cuerpo; prema-bhara—con pleno amor trascendental; aśru—lágrimas; locanaḥ—en los ojos; nanāma—se postró; pāda-ambujam—bajo los pies de loto; asya—del Señor; viśva-sṛk—el creador del universo; yat—el cual; pāramahaṁsyena—por la gran alma liberada; pathā—el sendero; adhigamyate—es seguido.
El Señor Brahmā, viendo así a la Personalidad de Dios en Su plenitud, fue dominado por el júbilo de su corazón, y, así pues, con éxtasis y amor plenos y trascendentales, sus ojos se llenaron de lágrimas de amor. Así, él se postró ante el Señor. Esa es la manera en que el ser viviente [paramahaṁsa] puede lograr la perfección máxima.
SIGNIFICADO: Al comienzo del Śrīmad-Bhāgavatam se declara que esta gran Escritura es para los paramahaṁsas. Paramo nirmatsarāṇāṁ satām, o en otras palabras, el Śrīmad-Bhāgavatam es para las personas que se encuentran completamente libres de malicia. En la vida condicionada, la vida maliciosa comienza desde arriba, es decir, abrigando malicia contra la Suprema Personalidad de Dios. La Personalidad de Dios es en todas las Escrituras reveladas un hecho establecido, y en el Bhagavad-gītā se menciona especialmente el aspecto personal del Señor Supremo, hasta tal punto, que la última porción de esta gran Escritura ha subrayado en forma enfática que uno debe rendirse a la Personalidad de Dios, para ser salvado de los sufrimientos de la vida. Desdichadamente, las personas con pasados impíos no creen en la Personalidad de Dios, y todo el mundo quiere volverse el propio Dios, sin ninguna aptitud para ello. Esta naturaleza maliciosa que se encuentra en el alma condicionada, continúa incluso hasta la etapa en que una persona quiere ser uno con el Señor, y, así pues, hasta el más grande de los filósofos empíricos que especula acerca de volverse uno con el Señor Supremo, no puede volverse un paramahaṁsa, debido a la presencia de la mente maliciosa. Luego la etapa de vida paramahaṁsa pueden lograrla solo aquellos que se encuentran fijos en la práctica del bhakti-yoga. Este bhakti-yoga comienza si una persona tiene la firme convicción de que la simple ejecución del servicio devocional del Señor, con pleno amor trascendental, puede elevarla a la etapa más elevada y perfecta de la vida. Brahmājī creía en ese arte del bhakti-yoga, él creía en la instrucción del Señor de ejecutar tapa, y el ejecutó la función con gran penitencia, en virtud de lo cual alcanzó el gran éxito de ver los Vaikuṇṭhalokas, y también al Señor, por medio de la experiencia personal. Nadie puede llegar a la morada del Señor Supremo mediante ningún medio mecánico de la mente o de una máquina, pero uno puede alcanzar la morada de los Vaikuṇṭhalokas por el simple hecho de seguir el proceso de bhakti-yoga, debido a que al Señor se lo puede comprender solo a través de ese proceso. El Señor Brahmājī se encontraba de hecho sentado en su asiento de loto, y desde allí, por ejecutar el proceso del bhakti-yoga con gran seriedad, pudo ver los Vaikuṇṭhalokas con toda su variedad, así como también al Señor en persona y a Sus asociados.
Siguiendo los pasos del Señor Brahmā, cualquier persona, incluso hasta el día de hoy, puede lograr la misma perfección, si sigue el sendero del paramahaṁsa tal como se recomienda aquí. El Señor Caitanya también aprobó este método de autorrealización para los hombres de esta era. En primer lugar, uno debe creer con toda convicción en la Personalidad de Dios Śrī Kṛṣṇa, y sin hacer esfuerzos para comprenderlo mediante filosofía especulativa, uno debe preferir oír lo que se habla de Él en el Śrīmad-Bhagavad-gītā y, posteriormente, en el texto del Śrīmad-Bhāgavatam. Uno debe oír los discursos de labios de una persona Bhāgavatam, y no del profesional, ni del karmī, jñānī ni yogī. Ese es el secreto para aprender la ciencia. No es necesario encontrarse en la orden de vida de renuncia; uno puede permanecer en su presente condición de vida, pero debe buscar la compañía de un devoto genuino del Señor, y, con fe y convicción, oírlo exponer el mensaje trascendental del Señor. Ese es el sendero del paramahaṁsa que aquí se recomienda. Entre los diversos nombres santos del Señor, Él también recibe el nombre de ajita, o «aquel a quien nadie puede conquistar jamás». No obstante, Él puede ser conquistado por el sendero del paramahaṁsa, tal como lo experimentó y demostró en la práctica el gran maestro espiritual, el Señor Brahmā. El Señor Brahmā ha recomendado personalmente ese paramahaṁsa-panthāḥ con sus propias palabras, de la siguiente manera:
jñāne prayāsam udapāsya namanta eva
jīvanti sanmukharitāṁ bhavadīya vārtām
sthāne sthitāḥ śruti-gatāṁ tanu-vāṅ-manobhir
ye prāyaśo ’jita jito ’py asi tais trilokyām
El Señor Brahmā dijo: «¡Oh, mi Señor Kṛṣṇa!, el devoto que abandona el sendero de la especulación filosófica empírica, la cual tiene como objetivo absorberse en la existencia del Supremo, y que se dedica a oír a un sādhu o santo genuino hablar de Tus glorias y actividades, y que vive una vida honesta, desempeñando la ocupación que corresponde a su vida social, puede conquistar Tu compasión y misericordia, aun a pesar de que Tú eres ajita, o inconquistable» (Bhāg. 10.14.3). Ese es el sendero de los paramahaṁsas, que fue seguido personalmente por el Señor Brahmā, y que posteriormente fue recomendado por él para lograr en la vida el éxito perfecto.