Text 37
etan mataṁ samātiṣṭha
parameṇa samādhinā
bhavān kalpa-vikalpeṣu
na vimuhyati karhicit
etat—esta; matam—la conclusión; samātiṣṭha—permanece fijo; parameṇa—por la suprema; samādhinā—concentración de la mente; bhavān—tú; kalpa—devastación intermedia; vikalpeṣu—en la devastación final; na vimuhyati—habrá nunca de confundir; karhicit—cualquier cosa que sea como la satisfacción propia.
¡Oh, Brahmā!, tan solo sigue esta conclusión mediante la concentración fija de la mente, y ningún orgullo habrá de perturbarte, ni en la devastación parcial ni en la final.
SIGNIFICADO: Así como en el Bhagavad-gītā, capítulo diez, la Personalidad de Dios, el Señor Kṛṣṇa, ha resumido el texto completo en cuatro versos, es decir, ahaṁ sarvasya prabhavaḥ, etc., así mismo todo el Śrīmad-Bhāgavatam se ha resumido también en cuatro versos, en la forma de aham evāsam evāgre, etc. Así pues, el propósito secreto de la más importante conclusión bhagavatita ha sido explicado por el orador original del Śrīmad-Bhāgavatam, quien fue también el orador original del Bhagavad-gītā, la Personalidad de Dios, el Señor Śrī Kṛṣṇa. Existen muchos gramáticos y camorristas materiales no devotos que han tratado de presentar falsas interpretaciones de estos cuatro versos del Śrīmad-Bhāgavatam, pero el propio Señor le aconsejó a Brahmājī que no se apartara de la conclusión fija que el Señor le había enseñado. El Señor fue el instructor del núcleo del Śrīmad-Bhāgavatam en cuatro versos, y Brahmā fue el receptor del conocimiento. La mala interpretación de la palabra aham, realizada por el malabarismo verbal del impersonalista, no debe perturbar la mente de los seguidores estrictos del Śrīmad-Bhāgavatam. El Śrīmad-Bhāgavatam es el texto de la Personalidad de Dios y Sus devotos puros, a quienes se los conoce también como los bhāgavatas, y ningún extraño puede tener acceso a esta literatura confidencial del servicio devocional. Pero, desafortunadamente, el impersonalista, quien no tiene relación alguna con la Suprema Personalidad de Dios, en ocasiones trata de interpretar el Śrīmad-Bhāgavatam mediante su escaso conocimiento de gramática y su árida especulación. Por lo tanto, el Señor le advierte a Brahmā (y, a través de Brahmā, a todos los futuros devotos del Señor pertenecientes a la sucesión discipular de Brahmā) que uno nunca debe dejarse engañar por la conclusión de los supuestos gramáticos ni por otros hombres que poseen escaso acopio de conocimiento, sino que más bien siempre debe fijar la mente en forma adecuada a través del sistema paramparā. Nadie debe tratar de dar una nueva interpretación a fuerza de conocimiento mundano. Y, por lo tanto, el primer paso en la prosecución del sistema de conocimiento recibido por Brahmā, consiste en acercarse a un guru genuino que sea el representante del Señor en términos del sistema paramparā. Nadie debe tratar de extraer su propio significado mediante el imperfecto conocimiento mundano. El guru, o el maestro espiritual genuino, es competente para enseñarle al discípulo y llevarlo por el sendero correcto, haciendo referencia al contexto de toda la literatura védica auténtica. Él no intenta hacer malabarismos de palabras para confundir al alumno. El maestro espiritual genuino, mediante sus actividades personales, le enseña al discípulo los principios del servicio devocional. Si uno no realizara servicio personal, continuaría especulando vida tras vida, como los impersonalistas y los especuladores áridos, y sería incapaz de llegar a la conclusión final. Por seguir las instrucciones del maestro espiritual genuino conjuntamente con los principios de las Escrituras reveladas, el estudiante se elevará al plano de pleno conocimiento, lo cual quedará demostrado por el desarrollo de desapego del mundo de la complacencia de los sentidos. Los camorristas mundanos se sorprenden de que uno pueda desapegarse del mundo de la complacencia de los sentidos, y, así pues, cualquier intento de estar fijo en la comprensión de Dios les parece misticismo. Ese desapego del mundo de los sentidos se denomina la etapa brahma-bhūta de la iluminación, la etapa preliminar de la trascendental vida devocional (parā bhakti). La etapa brahma-bhūta de la vida es conocida también como la etapa ātmārāma, en la cual uno se encuentra plenamente autosatisfecho y no anhela el mundo de la complacencia de los sentidos. Esa etapa de satisfacción plena es la situación apropiada para llegar a comprender el conocimiento trascendental de la Personalidad de Dios. El Śrīmad-Bhāgavatam (1.2.20) afirma esto:
evaṁ prasanna-manaso
bhagavad-bhakti-yogataḥ
bhagavat-tattva-vijñānaṁ
mukta-saṅgasya jāyate
Así pues, al uno encontrarse en la etapa de la vida de completa satisfacción, lo cual se manifiesta por el completo desapego del mundo del disfrute de los sentidos como resultado de la ejecución del servicio devocional, uno puede entender la ciencia de Dios, encontrándose en la etapa liberada.
En esa etapa de plena satisfacción y desapego del mundo de los sentidos, uno puede conocer el misterio de la ciencia de Dios con todas sus complejidades confidenciales, y no mediante la gramática o la especulación académica. Debido a que Brahmā se capacitó para dicha recepción, el Señor sintió el agrado de revelar el propósito del Śrīmad-Bhāgavatam. Esa instrucción directa del Señor la puede recibir cualquier devoto que se encuentre desapegado del mundo de la complacencia de los sentidos, tal como se declara en el Bhagavad-gītā (10.10):
teṣāṁ satata-yuktānāṁ
bhajatāṁ prīti-pūrvakam
dadāmi buddhi-yogaṁ taṁ
yena mām upayānti te
A los devotos que están dedicados constantemente al trascendental servicio amoroso del Señor (prīti-pūrvakam), el Señor, debido a Su misericordia sin causa para con el devoto, les da instrucciones directas, de manera que el devoto pueda progresar de un modo preciso en el sendero que va de vuelta al hogar, de vuelta a Dios. Por lo tanto, uno no debe de tratar de entender estos cuatro versos del Śrīmad-Bhāgavatam mediante la especulación mental. Más bien, por el hecho de percibir directamente a la Suprema Personalidad de Dios, uno puede conocer todo lo referente a Su morada, Vaikuṇṭha, tal como la vio y experimentó Brahmājī. Esa comprensión de Vaikuṇṭha es posible que la logre cualquier devoto del Señor que se encuentre situado en la posición trascendental como resultado del servicio devocional.
En el Gopāla-tapanī Upaniṣad (śruti), se dice gopa-veśo me puruṣaḥ purastād āvirbabhūva, el Señor apareció ante Brahmā como un pastorcillo de vacas, es decir, como la Personalidad de Dios original, el Señor Śrī Kṛṣṇa, Govinda, a quien Brahmājī describe luego, en su Brahma-saṁhitā (5.29), de la siguiente manera:
cintāmaṇi-prakara-sadmasu kalpavṛkṣa-
lakṣāvṛteṣu surabhīr abhipālayantam
lakṣmī-sahasra-śata-sambhrama-sevyamānaṁ
govindam ādi-puruṣaṁ tam ahaṁ bhajāmi
Brahmājī desea adorar a la Personalidad de Dios original, el Señor Śrī Kṛṣṇa, quien reside en el planeta Vaikuṇṭha más elevado, conocido como Goloka Vṛndāvana, donde Él tiene el hábito de cuidar vacas surabhi como pastorcillo de vacas, y donde a Él lo sirven con amor y respeto cientos y miles de diosas de la fortuna (las gopīs).
De manera que, el Señor Śrī Kṛṣṇa es la forma original del Señor Supremo (kṛṣṇas tu bhagavān svayam). Esta instrucción también deja eso en claro. La Suprema Personalidad de Dios es el Señor Kṛṣṇa, y no directamente Nārāyaṇa o los puruṣa-avatāras, que son manifestaciones subsecuentes. Por lo tanto, el Śrīmad-Bhāgavatam significa conciencia de la Suprema Personalidad de Dios, el Señor Śrī Kṛṣṇa, y el Śrīmad-Bhāgavatam es la representación sonora del Señor, al igual que el Bhagavad-gītā. Así pues, se concluye que el Śrīmad-Bhāgavatam es la ciencia del Señor en la que el Señor y Su morada se llegan a conocer perfectamente.