Text 1
maitreya uvāca
avadhārya viriñcasya
nirvyalīkāmṛtaṁ vacaḥ
prahasya prema-garbheṇa
tad apāṅgena so ’grahīt
maitreyaḥ uvāca—Maitreya dijo; avadhārya—tras oír; viriñcasya—de Brahmā; nirvyalīka—liberadas de toda intención pecaminosa; amṛtam—nectáreas; vacaḥ—palabras; prahasya—riendo de buena gana; prema-garbheṇa—rebosante de amor; tat—aquellas palabras; apāṅgena—con una mirada; saḥ—la Suprema Personalidad de Dios; agrahīt—aceptó.
Śrī Maitreya dijo: Tras oír las palabras de Brahmā, el creador, libres de toda intención pecaminosa y tan dulces como el néctar, el Señor rió de buena gana y aceptó su oración con una mirada rebosante de amor.
SIGNIFICADO: Es muy significativa la palabra nirvyalīka. Las oraciones de los semidioses o devotos del Señor están libres de toda intención pecaminosa, pero las oraciones de los demonios siempre están llenas de intenciones pecaminosas. El demonio Hiraṇyākṣa consiguió su poder al obtener de Brahmā un don, y, tras conseguir ese don, creó el desorden con sus intenciones pecaminosas. Las oraciones de Brahmā y otros semidioses no deben compararse con las oraciones de los demonios. Su intención es complacer al Señor Supremo; por esta causa, el Señor sonrió y aceptó el ruego de que matara al demonio. Los demonios, que nunca se interesan en alabar a la Suprema Personalidad de Dios, porque carecen de información acerca de Él, se dirigen a los semidioses, y esto se condena en el Bhagavad-gītā. Las personas que se dirigen a los semidioses y oran para progresar en las actividades pecaminosas, se considera que carecen de toda inteligencia. Los demonios han perdido toda inteligencia porque no saben cuál es realmente su interés personal. Incluso en caso de que tengan información acerca de la Suprema Personalidad de Dios, rehúsan acercarse a Él; a ellos no les es posible conseguir de manos del Señor Supremo los dones que desean, porque sus intenciones siempre son pecaminosas. Se dice que los bandoleros de Bengala solían adorar a la diosa Kālī buscando satisfacer sus deseos pecaminosos de saquear la propiedad de otras personas, pero nunca iban a un templo de Viṣṇu, porque quizás no hubiesen tenido éxito al orar a Viṣṇu. Por lo tanto, las oraciones de los semidioses o los devotos de la Suprema Personalidad de Dios jamás tienen el menor indicio de intenciones pecaminosas.