Text 17
tadā puruṣa ātmānaṁ
kevalaṁ prakṛteḥ param
nirantaraṁ svayaṁ-jyotir
aṇimānam akhaṇḍitam
tadā—entonces; puruṣaḥ—el alma individual; ātmānam—a sí misma; kevalam—pura; prakṛteḥ param—trascendental a la existencia material; nirantaram—no diferente; svayam-jyotiḥ—con refulgencia propia; aṇimānam—infinitesimal; akhaṇḍitam—no fragmentada.
En ese momento el alma puede ver que es trascendental a la existencia material y siempre refulgente, nunca fragmentada, aunque de tamaño muy diminuto.
SIGNIFICADO: En el estado de conciencia pura, o conciencia de Kṛṣṇa, uno puede verse a sí mismo como una diminuta partícula de la misma naturaleza que el Señor Supremo. Como se afirma en el Bhagavad-gītā, la jīva, el alma individual, es eternamente una parte integral del Señor Supremo. Del mismo modo que los rayos del sol son partículas diminutas del brillante Sol, la entidad viviente es una partícula diminuta del Espíritu Supremo. El alma individual y el Señor Supremo no están separados como en las diferenciaciones materiales. El alma individual es una partícula desde el mismo principio. No debemos pensar que como el alma individual es una partícula, se ha fragmentado del espíritu total. La filosofía māyāvāda formula que el espíritu total existe, pero que una parte de él —la jīva— está atrapada por la ilusión. Pero esa filosofía es inaceptable, pues el espíritu no se puede fragmentar como un trozo de materia. Esa parte, la jīva, es parte eternamente. Mientras exista el Espíritu Supremo, existirá también Su parte integral. Mientras exista el Sol, existirán también las moléculas de sus rayos.
Las Escrituras védicas dicen que la partícula jīva tiene un tamaño igual a la diezmilésima parte de la punta de un cabello. O sea que es infinitesimal. El Espíritu Supremo es infinito, pero la entidad viviente, el alma individual, es infinitesimal, aunque cualitativamente no es diferente del Espíritu Supremo. En este verso hay dos palabras que se deben señalar particularmente. Una es nirantaram, que quiere decir «no diferente» o «cualitativamente igual». Aquí se expresa también que el alma individual es aṇimānam. Aṇimānam significa «infinitesimal». El Espíritu Supremo es omnipresente, pero el espíritu diminuto es el alma individual. Akhaṇḍitam no quiere decir exactamente «fragmentada», sino «siempre infinitesimal por constitución». Nadie puede separar del Sol las partes moleculares de la luz solar, pero al mismo tiempo la parte molecular de la luz solar no irradia tanto como el propio Sol. Del mismo modo, la entidad viviente es cualitativamente igual al Espíritu Supremo por constitución, pero es infinitesimal.