Text 35
paśyanti te me rucirāṇy amba santaḥ
prasanna-vaktrāruṇa-locanāni
rūpāṇi divyāni vara-pradāni
sākaṁ vācaṁ spṛhaṇīyāṁ vadanti
paśyanti—ven; te—ellos; me—Mío; rucirāṇi—hermoso; amba—¡oh, madre!; santaḥ—devotos; prasanna—sonriente; vaktra—rostro; aruṇa—como el sol de la mañana; locanāni—ojos; rūpāṇi—formas; divyāni—trascendentales; vara-pradāni—benévolas; sākam—conmigo; vācam—palabras; spṛhaṇīyām—favorables; vadanti—ellos hablan.
¡Oh, madre!, Mis devotos siempre ven Mi forma, de rostro sonriente y ojos como el naciente sol de la mañana. Les gusta ver Mis diversas formas trascendentales, que están llenas de benevolencia, y también hablan conmigo de una manera favorable.
SIGNIFICADO: Los māyāvādīs y ateos consideran que las formas de las Deidades en el templo del Señor son ídolos. Pero los devotos no adoran ídolos, adoran directamente a la Personalidad de Dios en Su encarnación arcā. Arcā se refiere a la forma que podemos adorar en nuestra condición actual. En nuestro estado actual no podemos ver a Dios en Su forma espiritual, porque nuestros ojos y demás sentidos materiales no pueden concebir una forma espiritual. Ni siquiera podemos ver la forma espiritual del alma individual. Cuando un hombre muere, no podemos ver cómo sale del cuerpo su forma espiritual. Ese es el defecto de nuestros sentidos materiales. Para que nuestros sentidos materiales puedan verle, la Suprema Personalidad de Dios acepta una forma misericordiosa que recibe el nombre de arcā-vigraha. Ese arcā-vigraha, denominado a veces encarnación arcā, no es diferente de Él. La Suprema Personalidad de Dios aparece en distintas encarnaciones y, de la misma manera, Se manifiesta en formas hechas de materia, como arcilla, madera, metal, joyas, etc.
En los śāstras hay muchos mandamientos que dan instrucciones para tallar las formas del Señor. Esas formas no son materiales. Si Dios está en todas partes, también está en los elementos materiales. No hay duda de ello; pero los ateos piensan de otro modo. Aunque predican que todo es Dios, cuando van al templo y ven la forma del Señor, niegan que sea Dios. Según su propia teoría, todo es Dios. Entonces, ¿por qué no es Dios la Deidad? En realidad no saben qué es Dios. Pero la visión de los devotos es distinta; han ungido sus ojos con amor por Dios. En cuanto ven al Señor en Sus diferentes formas, los devotos quedan saturados de amor, pues no ven diferencia alguna entre el Señor y Su forma en el templo, como ocurre con los ateos. Los devotos contemplan el sonriente rostro de la Deidad del templo considerándolo trascendental y espiritual, y aprecian mucho los ornamentos que adornan el cuerpo del Señor. El maestro espiritual tiene el deber de enseñar a sus devotos a adornar a la Deidad del templo, a limpiar el templo y a adorar a la Deidad. Hay diferentes procedimientos, reglas y regulaciones que se siguen en los templos de Viṣṇu, adonde los devotos van para ver a la Deidad, el vigraha, y donde disfrutan espiritualmente de Su forma, porque todas las Deidades son benévolas. Los devotos expresan sus pensamientos ante la Deidad, y en muchas casos, la Deidad también les responde. Pero para poder hablar con el Señor Supremo hay que ser un devoto muy elevado. A veces el Señor Se comunica con el devoto en sueños. Esos intercambios entre la Deidad y los devotos no pueden entenderlos los ateos, pero el devoto disfruta de ellos. Kapila Muni explica la disposición con que los devotos miran el rostro y el cuerpo adornado de la Deidad y cómo hablan de Él con una actitud de servicio devocional.