Text 14
sa eva bhakti-yogākhya
ātyantika udāhṛtaḥ
yenātivrajya tri-guṇaṁ
mad-bhāvāyopapadyate
saḥ—este; eva—en verdad; bhakti-yoga—servicio devocional; ākhyaḥ—recibe el nombre; ātyantikaḥ—el nivel más elevado; udāhṛtaḥ—explicado; yena—por el cual; ativrajya—superando; tri-guṇam—las tres modalidades de la naturaleza material; mat-bhāvāya—a Mi estado trascendental; upapadyate—alcanza.
Como he explicado, alcanzando el nivel más elevado del servicio devocional es posible superar la influencia de las tres modalidades de la naturaleza material y quedar situado en el mismo estado trascendental que el Señor.
SIGNIFICADO: Śrīpāda Śaṅkarācārya, a quien se considera el líder de la escuela impersonalista de filosofía, al comienzo de sus comentarios sobre el Bhagavad-gītā ha admitido que Nārāyaṇa, la Suprema Personalidad de Dios, está más allá de la creación material; excepto Él, todo está dentro de la creación material. En las Escrituras védicas se confirma también que antes de la creación solo existía Nārāyaṇa; no existían ni el Señor Brahmā ni el Señor Śiva. Solamente Nārāyaṇa, la Suprema Personalidad de Dios, Viṣṇu, Kṛṣṇa, está siempre en la posición trascendental, fuera de la influencia de la creación material.
Las cualidades materiales de bondad, pasión e ignorancia no pueden afectar a la posición de la Suprema Personalidad de Dios; por eso, Él recibe el nombre de nirguṇa («libre de todo rastro de cualidades materiales»). En este verso, el Señor Kapila confirma el mismo hecho: Aquel que está en una posición de servicio devocional puro es trascendental, igual que el Señor. El Señor está libre de la influencia de las modalidades materiales, y Sus devotos puros también lo están. Aquel que no se ve afectado por las tres modalidades de la naturaleza material recibe el nombre de alma liberada, o alma brahma-bhūta. Brahma-bhūtaḥ prasannātmā es el estado de la liberación. Ahaṁ brahmāsmi: «Yo no soy el cuerpo». Esto solo se aplica a la persona que se ocupa constantemente en el servicio devocional a Kṛṣṇa y que, por ello, está en el estado trascendental; está por encima de la influencia de las tres modalidades de la naturaleza material.
Los impersonalistas cometen el error de considerar que se puede adorar cualquier forma imaginaria del Señor, o del Brahman, para finalmente fundirse en la refulgencia del Brahman. Por supuesto, fundirse en la refulgencia impersonal (Brahman) del Señor Supremo, también es liberación, como se explicó en el verso anterior. Ekatva también es liberación, pero ningún devoto aceptaría nunca ese tipo de liberación, pues quien se sitúa en el plano del servicio devocional obtiene ipso facto esa unidad cualitativa. El devoto ya ha obtenido esa igualdad cualitativa, que es el resultado de la liberación impersonal; no tiene que hacer nada por conseguirla. Aquí se afirma con toda claridad que aquel que simplemente se ocupa en servicio devocional puro se vuelve cualitativamente como el Señor.