Text 47
tasmān na kāryaḥ santrāso
na kārpaṇyaṁ na sambhramaḥ
buddhvā jīva-gatiṁ dhīro
mukta-saṅgaś cared iha
tasmāt—a causa de la muerte; na—no; kāryaḥ—debe hacerse; santrāsaḥ—horror; na—no; kārpaṇyam—avaricia; na—no; sambhramaḥ—codicia de ganancias materiales; buddhvā—comprendiendo; jīva-gatim—la verdadera naturaleza de la entidad viviente; dhīraḥ—firme; mukta-saṅgaḥ—libre de apegos; caret—debemos marchar; iha—en este mundo.
Por lo tanto, no debemos contemplar la muerte con horror, ni recurrir a la definición de que el cuerpo es el alma, ni dar vía libre a un disfrute exagerado de las necesidades físicas de la vida. Comprendiendo la verdadera naturaleza de la entidad viviente, debemos marchar por el mundo libres de apegos y firmes en nuestro propósito.
SIGNIFICADO: La persona sensata que ha entendido la filosofía de la vida y la muerte, se siente muy afectada al escuchar la horrible condición infernal de la vida dentro y fuera del vientre de la madre. Pero los problemas de la vida, hay que solucionarlos. Un hombre sensato debe entender que el cuerpo material es algo miserable. Sin dejarse afectar más de lo necesario debe tratar de averiguar si existe alguna solución. Para entender la puesta en práctica de esas soluciones, debe relacionarse con personas liberadas. Tenemos que entender quién está verdaderamente liberado. El Bhagavad-gītā describe a la persona liberada: «Cuando alguien se ocupa sin interrupción en el servicio devocional al Señor, habiendo superado las rígidas leyes de la naturaleza material, se considera que está situado en el Brahman».
La Suprema Personalidad de Dios está más allá de la creación material. Incluso impersonalistas como Śaṅkarācārya admiten que Nārāyaṇa es trascendental a la creación material. Siendo así, cuando alguien se ocupa en verdadero servicio a cualquiera de las diversas formas del Señor —Nārāyaṇa, Rādhā-Kṛṣṇa, o Sītā-Rāma—, se considera que está en el plano de la liberación. El Bhāgavatam también define la liberación con el significado de «estar situado en la propia posición constitucional». Como la entidad viviente es el eterno servidor del Señor Supremo, aquel que se ocupa seria y sinceramente en el amoroso servicio trascendental del Señor, está situado en la posición liberada. Debemos tratar de relacionarnos con una persona liberada; entonces podremos resolver los problemas de la vida, a saber, el nacimiento y la muerte.
En el desempeño de servicio devocional con plena conciencia de Kṛṣṇa, no debemos ser avaros. No debemos hacer innecesarias demostraciones de renuncia al mundo. De hecho, no es posible renunciar. La renunciación de quien renuncia a un palacio para irse al bosque no es verdadera, pues el palacio es propiedad de la Suprema Personalidad de Dios y el bosque también es propiedad de la Suprema Personalidad de Dios. Que cambie una propiedad por otra, no significa que renuncie, ni el palacio ni el bosque fueron nunca de su propiedad. La verdadera renunciación implica renunciar a la falsa idea de que podemos ser el señor de la naturaleza material. Verdadera renunciación es la de quien renuncia a esa errónea actitud y a la posición engreída de considerarse Dios. De lo contrario, la renunciación es algo vacío. Rūpa Gosvāmī nos advierte de que renunciar a algo que se podría aplicar al servicio del Señor y no utilizarlo con esa finalidad es lo que se llama phalgu-vairāgya, renunciación falsa o insuficiente. Todo pertenece a la Suprema Personalidad de Dios; por eso, todo se puede ocupar en el servicio al Señor; no debemos utilizar nada para nuestra propia complacencia de los sentidos. Esa es la verdadera renuncia. Tampoco debemos aumentar sin necesidad las necesidades del cuerpo. Debemos estar satisfechos con lo que Kṛṣṇa nos ofrezca y nos dé sin mucho esfuerzo por nuestra parte. Debemos emplear nuestro tiempo en realizar servicio devocional con conciencia de Kṛṣṇa. Esa es la solución al problema de la vida y la muerte.