Text 4
yadā cāhīndra-śayyāyāṁ
śete ’nantāsano hariḥ
tadā lokā layaṁ yānti
ta ete gṛha-medhinām
yadā—cuando; ca—y; ahi-indra—del rey de las serpientes; śayyāyām—en la cama; śete—Se acuesta; ananta-āsanaḥ—aquel cuyo asiento es Ananta Śeṣa; hariḥ—el Señor Hari; tadā—entonces; lokāḥ—los planetas; layam—hacia la disolución; yānti—van; te ete—aquellos mismos; gṛha-medhinām—de los jefes de familia materialistas.
Todos los planetas de las personas materialistas, incluidos los planetas celestiales, como por ejemplo la Luna, se destruyen cuando la Suprema Personalidad de Dios, Hari, Se retira a Su cama de serpientes, que se conoce con el nombre de Ananta Śeṣa.
SIGNIFICADO: Los apegados a la materia están muy ansiosos de elevarse a planetas celestiales como la Luna. Son muchos los planetas celestiales a los que aspiran, tan solo para conseguir más y más felicidad material mediante una vida muy larga y lo necesario para el disfrute sensorial. Pero las personas apegadas no saben que, aun si van al planeta más elevado, Brahmaloka, también en él existe la destrucción. En el Bhagavad-gītā el Señor dice que podemos ir incluso a Brahmaloka, pero que seguiremos encontrándonos con los sufrimientos del nacimiento, la muerte, la vejez y las enfermedades. Solo si alcanzamos la morada del Señor, Vaikuṇṭhaloka, dejaremos de nacer de nuevo en este mundo material. Pero esto es algo a lo que los gṛhamedhīs, las personas materialistas, no quieren recurrir. Prefieren transmigrar perpetuamente de un cuerpo a otro, de un planeta a otro. No quieren la vida eterna, llena de bienaventuranza y conocimiento en el reino de Dios.
Hay dos tipos de disolución. Una tiene lugar al final de la vida de Brahmā. En esa disolución, todos los sistemas planetarios, incluidos los sistemas celestiales, se disuelven en el agua y entran en el cuerpo de Garbhodakaśāyī Viṣṇu, que está en el océano Garbhodaka sobre la cama de serpientes cuyo nombre es Śeṣa. En la otra disolución, que ocurre al final de cada día de Brahmā, se destruyen los sistemas planetarios inferiores. Cuando el Señor Brahmā se levanta después de pasar la noche, esos sistemas planetarios inferiores se crean de nuevo. En el Bhagavad-gītā se dice que las personas que adoran a los semidioses han perdido la inteligencia, y este verso confirma esa afirmación. Esas personas poco inteligentes no saben que, aunque se eleven a los planetas celestiales, a la hora de la disolución tanto ellos como los semidioses y todos sus planetas van a ser aniquilados. No tienen noticia de que es posible alcanzar una vida eterna y llena de bienaventuranza.