Text 19
tasya rājño mahā-bhāga
bhagavān bhūta-bhāvanaḥ
parituṣyati viśvātmā
tiṣṭhato nija-śāsane
tasya—con él; rājñaḥ—el rey; mahā-bhāga—¡oh, tú, noble alma!; bhagavān—a la Suprema Personalidad de Dios; bhūta-bhāvanaḥ—que es la causa original de la manifestación cósmica; parituṣyati—Se siente satisfecho; viśva-ātmā—la Superalma del universo entero; tiṣṭhataḥ—que está situada; nija-śāsane—en su propia situación de gobierno.
¡Oh, tú, noble alma!, si el rey vela por que se adore a la Suprema Personalidad de Dios, que es la causa original de la manifestación cósmica y la Superalma que está en el interior de todos, el Señor Se siente satisfecho.
SIGNIFICADO: De hecho, el gobierno tiene el deber de velar por que la Suprema Personalidad de Dios esté satisfecho con las actividades de la gente y del gobierno. Si el gobierno o los ciudadanos no saben de la existencia de Bhagavān, la Suprema Personalidad de Dios, que es la causa original de la manifestación cósmica, o no conocen a bhūta-bhāvana, que es viśvātmā, la Superalma, el alma de todas las almas, no puede haber felicidad. En conclusión, ni los ciudadanos ni el gobierno pueden ser felices de ningún modo si no se ocupan en servicio devocional. En la actualidad, ni al rey ni al gobierno les interesa velar por que la gente se ocupe en el servicio devocional de la Suprema Personalidad de Dios. Más bien, lo que les interesa es impulsar los engranajes de la complacencia de los sentidos, razón por la cual se están enredando cada vez más en los intrincados mecanismos de las estrictas leyes de la naturaleza material. La gente debe estar libre del enredo de las tres modalidades de la naturaleza material, y el único proceso con el que se puede conseguir esto es entregándose a la Suprema Personalidad de Dios, como se recomienda en el Bhagavad-gītā. Por desgracia, ni el gobierno ni la generalidad de la gente tienen la más remota idea de esto; les interesa únicamente la complacencia de los sentidos y ser felices en esta vida. La palabra nija-śāsane («en su propio deber gubernativo») indica que tanto el gobierno como los ciudadanos son responsables de que se respete el varṇāśrama-dharma. Una vez que la población se establece en el varṇāśrama-dharma, quedan abiertas las puertas a la verdadera vida y a la verdadera prosperidad, tanto en este mundo como en el siguiente.