Text 5
tān anādṛtya yo ’vidvān
arthān ārabhate svayam
tasya vyabhicaranty arthā
ārabdhāś ca punaḥ punaḥ
tān—aquellos; anādṛtya—pasando por alto; yaḥ—todo el que; avidvān—sinvergüenza; arthān—esquemas; ārabhate—comienza; svayam—personalmente; tasya—sus; vyabhicaranti—no alcanzan el éxito; arthāḥ—objetivos; ārabdhāḥ—intentados; ca—y; punaḥ punaḥ—una y otra vez.
La persona necia que se vale de la especulación mental para inventar sus propios medios y procesos, sin reconocer la indiscutible autoridad de las normas que los sabios nos han legado, simplemente fracasa una y otra vez en sus intentos.
SIGNIFICADO: En la actualidad, se ha puesto de moda desobedecer las indiscutibles directrices que nos han legado los ācāryas y almas liberadas del pasado. La gente ha caído tan bajo que no pueden distinguir entre un alma liberada y un alma condicionada. Hay cuatro defectos que merman la capacidad del alma condicionada: es seguro que cometerá errores y que será víctima de la ilusión, tiene la tendencia a engañar a los demás, y sus sentidos son imperfectos. En consecuencia, tenemos que aceptar la guía de personas liberadas. El movimiento para la conciencia de Kṛṣṇa recibe instrucciones directas de la Suprema Personalidad de Dios por intermedio de personas que siguen estrictamente Sus instrucciones. Tal vez el seguidor no sea una persona liberada, pero si sigue a la Personalidad de Dios, que es suprema y liberada, de un modo natural sus acciones estarán libres de la contaminación de la naturaleza material. Por eso el Señor Caitanya dice: «Sigue Mi orden y sé un maestro espiritual». Quien tenga plena fe en las trascendentales palabras de la Suprema Personalidad de Dios y siga Sus instrucciones, de inmediato puede actuar como maestro espiritual. A los materialistas no les interesa seguir las indicaciones de una persona liberada, pero sí tienen mucho interés en las ideas que ellos mismos se inventan, las cuales, una y otra vez, les conducen al fracaso. En la actualidad, el mundo entero está siguiendo las imperfectas directrices de almas condicionadas; esa es la razón de la confusión que reina en la humanidad.