Text 19
niṣidhyamānaḥ sa sadasya-mukhyair
dakṣo giritrāya visṛjya śāpam
tasmād viniṣkramya vivṛddha-manyur
jagāma kauravya nijaṁ niketanam
niṣidhyamānaḥ—rogándosele que no; saḥ—él (Dakṣa); sadasya-mukhyaiḥ—por parte de los miembros del sacrificio; dakṣaḥ—Dakṣa; giritrāya—a Śiva; visṛjya—dar; śāpam—una maldición; tasmāt—de aquel lugar; viniṣkramya—salir; vivṛddha-manyuḥ—estando excesivamente iracundo; jagāma—fue; kauravya—¡oh, Vidura!; nijam—a su propia; niketanam—casa.
Maitreya continuó: Mi querido Vidura, a pesar de los ruegos de todos los miembros de la asamblea de sacrificio, Dakṣa, muy iracundo, maldijo al Señor Śiva, salió de la asamblea y regresó a su casa.
SIGNIFICADO: La ira es tan perjudicial que, movido por ella, incluso una gran personalidad como Dakṣa abandonó la asamblea que presidía Brahmā y en la que se habían reunido todos los grandes sabios y personas santas y piadosas. Todos ellos le pidieron que no se fuese, pero él, furioso, se marchó, pensando que aquel auspicioso lugar no era bueno para él. Enorgulleciéndose de su elevada posición, pensó que nadie tenía argumentos mejores que los suyos. Según parece, todos los miembros de la asamblea, incluso el Señor Brahmā, le pidieron que no se enfadase y que se quedase con ellos, pero él se fue, a pesar de todos los ruegos. Ese es el efecto de la cruel ira. Por esa razón, a aquellos que deseen hacer progresos tangibles en el cultivo de conciencia espiritual, en el Bhagavad-gītā se les aconseja que se abstengan de tres cosas: la lujuria, la ira y la modalidad de la pasión. De hecho, podemos ver lo locos que se vuelven los hombres debido a la lujuria, la ira y la pasión, incluso hombres de la talla de Dakṣa. Hasta su mismo nombre, Dakṣa, sugiere que él era experto en actividades materiales, pero a pesar de ello, debido al odio que sentía hacia una personalidad tan santa como Śiva, sufrió el ataque de esos tres enemigos, es decir, la ira, la lujuria y la pasión. Por esa razón, el Señor Caitanya nos ha aconsejado que seamos muy cuidadosos de no ofender a los vaiṣṇavas. Comparó la ofensa contra un vaiṣṇava con un elefante enloquecido. Tal como un elefante enloquecido puede causar cualquier calamidad, una persona que ofende a un vaiṣṇava puede cometer cualquier acción abominable.