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Text 28

jagaj-jananyāṁ jagad-īśa vaiśasaṁ
syād eva yat-karmaṇi naḥ samīhitam
karoṣi phalgv apy uru dīna-vatsalaḥ
sva eva dhiṣṇye ’bhiratasya kiṁ tayā

jagat-jananyām—en la madre del universo (Lakṣmī); jagat-īśa—¡oh, Señor del universo!; vaiśasam—ira; syāt—puede surgir; eva—ciertamente; yat-karmaṇi—en cuya actividad; naḥ—mi; samīhitam—deseo; karoṣi—Tú consideras; phalgu—servicio insignificante; api—incluso; uru—muy grande; dīna-vatsalaḥ—inclinado a favorecer a los pobres; sve—propio; eva—ciertamente; dhiṣṇye—en Tu opulencia; abhiratasya—del que está plenamente satisfecho; kim—qué necesidad hay; tayā—con ella.

Mi querido Señor del universo, la diosa de la fortuna, Lakṣmī, es la madre del universo; aun así, pienso que tal vez se enfade conmigo por haberme entrometido en su servicio y actuar en el mismo plano al que ella está tan apegada. Con todo, tengo la esperanza de que, a pesar de los posibles malentendidos, Tú Te pongas de mi parte, pues sientes gran inclinación por los pobres y siempre engrandeces hasta el más insignificante servicio que se Te ofrezca. Por esa razón, aun si ella se enfada, creo que eso no Te causa el menor problema, pues eres autosuficiente y puedes arreglártelas sin ella.

SIGNIFICADO: Es bien sabido que madre Lakṣmījī, la diosa de la fortuna, siempre da masaje a los pies de loto del Señor Nārāyaṇa. Es la esposa ideal, pues cuida del Señor Nārāyaṇa con gran esmero. No solo cuida de Sus pies de loto, sino también de los asuntos domésticos del Señor. Cocina para Él sabrosos platos, Le abanica mientras come, refresca Su rostro con pasta de sándalo, y arregla Su cama y Sus asientos. De esta forma, siempre está ocupada en el servicio del Señor, y es muy difícil que algún otro devoto tenga oportunidad de inmiscuirse en las actividades diarias del Señor. Por esa razón, Pṛthu Mahārāja estaba casi seguro de que la diosa de la fortuna se enfadaría con él por entrometerse en su servicio. Pero, ¿por qué iba a enfadarse madre Lakṣmī, la madre del universo, con un devoto insignificante como Pṛthu Mahārāja? No parecía nada probable. Aun así, Pṛthu Mahārāja, para su propia protección, pidió al Señor Supremo que Se pusiera de su parte. Pṛthu Mahārāja estaba ocupado en la ejecución de rituales y sacrificios védicos comunes conforme a las actividades fruitivas de karma-kāṇḍa. El Señor, sin embargo, es muy bondadoso y magnánimo, y estaba dispuesto a conceder a Pṛthu Mahārāja el nivel de perfección más elevado de la vida, es decir, el servicio devocional.

La persona que ejecuta rituales y sacrificios védicos, lo hace para elevarse a los planetas celestiales. Nadie puede volverse digno de regresar al hogar, de vuelta a Dios, por medio de esos sacrificios. El Señor, sin embargo, es tan bondadoso que acepta el más insignificante servicio; por esa razón, en el Viṣṇu Purāṇa se afirma que quien siga los principios del varṇāśrama-dharma puede satisfacer al Señor Supremo. Cuando el Señor está satisfecho, el ejecutor de los sacrificios se eleva hasta el plano del servicio devocional. Esa es la razón de que Pṛthu Mahārāja esperase que el Señor considerara su insignificante servicio más grande que el de Lakṣmījī. La diosa de la fortuna recibe el nombre de cañcalā («inquieta») debido a que es muy inquieta y siempre está yendo de un lado para otro. Así pues, Pṛthu Mahārāja indicó que aun si ella se enfadaba y se iba, eso no Le supondría el menor perjuicio al Señor Viṣṇu, puesto que Él es autosuficiente y puede hacer todo lo que guste sin la ayuda de Lakṣmījī. Cuando Garbhodakaśāyī Viṣṇu engendró de Su ombligo al Señor Brahmā, por ejemplo, no precisó ninguna ayuda de Lakṣmī, que simplemente estaba sentada a Su lado dando masaje a Sus pies de loto. Por lo general, para engendrar un hijo, el esposo fecunda a la esposa, y cuando se cumple el tiempo nace el niño. Pero en el caso del nacimiento del Señor Brahmā, Garbhodakaśāyī Viṣṇu no fecundó a Lakṣmījī. El Señor, que es autosuficiente, engendró a Brahmā a partir de Su propio ombligo. Por consiguiente, Pṛthu Mahārāja confiaba en que, incluso si la diosa de la fortuna se enfadaba con él, eso no supondría el menor problema, ni para el Señor ni para él.

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