Text 55
gopīthāya jagat-sṛṣṭeḥ
kāle sve sve ’cyutātmakaḥ
mano-vāg-vṛttibhiḥ saumyair
guṇaiḥ saṁrañjayan prajāḥ
gopīthāya—para la protección de; jagat-sṛṣṭeḥ—del creador supremo; kāle—con el paso del tiempo; sve sve—propio; acyuta-ātmakaḥ—siendo consciente de Kṛṣṇa; manaḥ—mente; vāk—palabras; vṛttibhiḥ—con ocupaciones; saumyaiḥ—muy amable; guṇaiḥ—con cualidades; saṁrañjayan—complacer; prajāḥ—a los súbditos.
Mahārāja Pṛthu, como devoto perfecto de la Suprema Personalidad de Dios, deseaba proteger la creación del Señor complaciendo los deseos de todos los ciudadanos. De modo que solía complacerles en todo, con sus palabras, su mentalidad, sus obras y su amable comportamiento.
SIGNIFICADO: Como se explicará en el siguiente verso, Pṛthu Mahārāja, con su extraordinaria aptitud para entender la mentalidad de los demás, solía complacer a todos sus súbditos. En verdad, sus tratos eran tan perfectos que todos sus súbditos estaban muy satisfechos y vivían completamente en paz. En este verso es significativa la palabra acyutātmakaḥ, pues Mahārāja Pṛthu gobernaba este planeta como representante de la Suprema Personalidad de Dios. Sabía que él era el representante del Señor, y que la creación del Señor se debe proteger de un modo inteligente. Los ateos no pueden entender el propósito de la creación. Este mundo material, comparado con el mundo espiritual, es condenable, pero aun así, tiene una finalidad que cumplir. Los científicos y filósofos de hoy en día no pueden entender está finalidad, ni creen en la existencia de un creador. Tratan de justificarlo todo con sus supuestas investigaciones científicas, pero nunca ponen al creador supremo como centro. El devoto, sin embargo, puede entender el propósito de la creación, que es permitir que las entidades vivientes individuales que desean enseñorearse de la naturaleza material cumplan sus deseos. Por consiguiente, el gobernador de este planeta debe saber que todos sus habitantes, y especialmente los seres humanos, han venido al mundo material para disfrutar de los sentidos. Y el gobernante tiene el deber de satisfacerles en su disfrute de los sentidos, y, al mismo tiempo irles elevando hacia el plano de conciencia de Kṛṣṇa, de manera que, finalmente, puedan regresar al hogar, de vuelta a Dios.
El rey o jefe de gobierno debe administrar el mundo teniendo esto presente. De esa forma, todos estarán satisfechos. ¿Cómo se puede lograr eso? Hay muchos ejemplos como el de Pṛthu Mahārāja, cuyo reinado se explica con detalle en el Śrīmad-Bhāgavatam. Incluso en esta era caída, si los gobernantes, administradores y presidentes sacan partido del ejemplo de Pṛthu Mahārāja, no hay duda de que la paz y la prosperidad reinarán en todo el mundo.