Text 40
artha-liṅgāya nabhase
namo ’ntar-bahir-ātmane
namaḥ puṇyāya lokāya
amuṣmai bhūri-varcase
artha—sentido; liṅgāya—revelar; nabhase—al cielo; namaḥ—ofrecer reverencias; antaḥ—dentro; bahiḥ—y fuera; ātmane—al ser; namaḥ—ofrecer reverencias; puṇyāya—actividades piadosas; lokāya—para la creación; amuṣmai—más allá de la muerte; bhūri-varcase—la refulgencia suprema.
Mi querido Señor, con la difusión de Tus vibraciones trascendentales, Tú revelas el verdadero sentido de todo. Tú eres el cielo omnipresente en el interior y en el exterior, y eres el objetivo supremo de las actividades piadosas que se ejecutan en este mundo material y fuera de él. Por todo ello, Te ofrezco una y otra vez mis respetuosas reverencias.
SIGNIFICADO: El testimonio védico se denomina śabda-brahma. Hay muchas cosas que están más allá de la percepción de nuestros imperfectos sentidos, pero el testimonio autoritativo de la vibración sonora es perfecto. Los Vedas reciben el nombre de śabda-brahma porque su testimonio constituye la comprensión definitiva. Esto se debe a que śabda-brahma, los Vedas, representan a la Suprema Personalidad de Dios. No obstante, la esencia verdadera de śabda-brahma es el canto del mantra Hare Kṛṣṇa. La vibración de ese sonido trascendental revela el significado de todo, tanto de lo material como de lo espiritual. El sonido de Hare Kṛṣṇa no es diferente de la Suprema Personalidad de Dios. El significado de las cosas se trasmite a través del aire por medio de la vibración sonora. La vibración puede ser material o espiritual, pero sin la vibración sonora, nadie puede entender el significado de nada. En los Vedas se dice: antar bahiś ca tat sarvaṁ vyāpya nārāyaṇaḥ sthitaḥ: «Nārāyaṇa es omnipresente, y existe tanto dentro como fuera de todo». Esto se confirma también en el Bhagavad-gītā (13.34):
yathā prakāśayaty ekaḥ
kṛtsnaṁ lokam imaṁ raviḥ
kṣetraṁ kṣetrī tathā kṛtsnaṁ
prakāśayati bhārata
«¡Oh, hijo de Bharata!, así como el Sol ilumina él solo todo el universo, la entidad viviente y la Superalma iluminan todo el cuerpo mediante la conciencia».
En otras palabras, la conciencia del alma y de la Superalma es omnipresente; la conciencia limitada de la entidad viviente se difunde por todo el cuerpo material, mientras que la conciencia suprema del Señor se difunde por todo el universo. Debido a la presencia del alma en el cuerpo, la conciencia se difunde por todo el cuerpo; de manera similar, debido a que Kṛṣṇa, el alma suprema, está presente en el universo, todo funciona correctamente. Mayādhyakṣeṇa prakṛtiḥ sūyate sa-carācaram: «Esta naturaleza material, que es una de Mis energías, actúa bajo Mi dirección, ¡oh, hijo de Kuntī!, y produce todos los seres móviles e inmóviles» (Bg. 9.10).
Por lo tanto, el Señor Śiva en su oración pide a la Suprema Personalidad de Dios que sea bondadoso con nosotros, de forma que con tan solo cantar el mantra Hare Kṛṣṇa podamos entender todo lo relativo al mundo material y al espiritual. A este respecto es significativa la palabra amuṣmai, que señala el mejor blanco a que podemos apuntar después de alcanzar los sistemas planetarios superiores. Los karmīs, que están ocupados en actividades fruitivas, como resultado de sus actividades pasadas alcanzan los sistemas planetarios superiores, mientras que los jñānīs, que buscan la unificación, es decir, la fusión monista con la refulgencia del Señor Supremo, también alcanzan el objetivo que desean. Pero en última instancia, los devotos, que desean la relación personal con el Señor, se elevan hasta los Vaikuṇṭhalokas o Goloka Vṛndāvana. En el Bhagavad-gītā (10.12) se describe al Señor como pavitraṁ paramam, el supremo puro. Esto se confirma también en este verso. Śukadeva Gosvāmī ha explicado que los pastorcillos de vacas que jugaban con el Señor Kṛṣṇa no eran entidades vivientes comunes. La oportunidad de relacionarse personalmente con la Suprema Personalidad de Dios solo se obtiene después de muchas vidas de actividades piadosas. Como solo el devoto puro puede llegar a Él, Él es el supremo puro.