Text 6
tīrtheṣu pratidṛṣṭeṣu
rājā medhyān paśūn vane
yāvad-artham alaṁ lubdho
hanyād iti niyamyate
tīrtheṣu—en lugares sagrados; pratidṛṣṭeṣu—siguiendo las indicaciones de los Vedas; rājā—un rey; medhyān—aptos para el sacrificio; paśūn—animales; vane—en el bosque; yāvat—tanto como; artham—sea preciso; alam—no más que eso; lubdhaḥ—estando codicioso; hanyāt—se puede matar; iti—de esta forma; niyamyate—está regulado.
Si a un rey le gusta demasiado comer carne, puede seguir las indicaciones de las Escrituras reveladas acerca de las ejecuciones de sacrificio, e ir al bosque y matar algunos animales cuya matanza se autoriza. La matanza innecesaria e irrestricta de animales no está permitida. Los Vedas regulan la matanza de animales para poner alto a los excesos de los hombres necios que están bajo la influencia de las modalidades de la pasión y la ignorancia.
SIGNIFICADO: La pregunta que podría surgir es por qué se debe restringir la complacencia de los sentidos del ser vivo. Si un rey puede ir al bosque y matar animales para aprender a matar, ¿por qué no se le permite a la entidad viviente, que está dotada de sentidos, disfrutar irrestrictamente de la complacencia de los sentidos? Este argumento en la actualidad cuenta incluso con el apoyo de supuestos svāmīs y yogīs, que dicen públicamente que, como tenemos sentidos, debemos satisfacerlos mediante la complacencia sensorial. Esos necios yogīs y svāmīs, sin embargo, no conocen los mandamientos de los śāstras. De hecho, esos sinvergüenzas a veces llegan incluso a negar los śāstras, anunciando públicamente que no debe haber más śāstras, que no debe haber más libros: «Ven a mí —dicen—, yo te tocaré, y en cuanto te toque serás una persona espiritualmente avanzada».
La gente demoníaca desea ser engañada; esa es la razón de que haya tantos engañadores dispuestos a hacerlo. En la actualidad, en la era de Kali-yuga, la sociedad humana no es más que una asamblea de engañadores y engañados. Por esa razón, las Escrituras védicas nos han dado las directrices adecuadas para la complacencia de los sentidos. En esta era, todo el mundo se siente inclinado a comer carne y pescado, a beber alcohol y a la promiscuidad sexual, pero según los mandamientos védicos, la vida sexual solo se permite en el matrimonio, comer carne solo se permite cuando el animal se sacrifica como una ofrenda ante la diosa Kālī, y el consumo de drogas y alcohol solo puede hacerse con restricciones. En este verso, la palabra niyamyate indica que todas esas cosas —la matanza de animales, el consumo de alcohol y otras drogas, y la vida sexual— deben regularse.
Las regulaciones son para los seres humanos, no para los animales. Las señales de tráfico, que indican a la gente que tuerza a la derecha o a la izquierda, son para los seres humanos, no para los animales. Nunca se castiga a un animal por violar una norma de tráfico, pero al ser humano sí se le castiga. Los Vedas no están escritos para los animales, sino para que los entienda la sociedad humana. La persona de poco juicio que viola las reglas y regulaciones que se dan en los Vedas merece ser castigada. Por lo tanto, la medida de nuestra complacencia sensorial no deben marcarla nuestros deseos de disfrute, sino que el goce de los sentidos debe restringirse conforme a los principios regulativos que se dan en los Vedas. Si a un rey se le permite cazar en el bosque, no es para su complacencia sensorial. El arte de matar no es un simple entretenimiento. El rey que teme enfrentarse a los bandidos y ladrones pero mata animales indefensos para comer su carne en la comodidad del hogar, tiene que perder su posición. Esas son las demoníacas tendencias de los reyes de esta era; debido a ello, las leyes de la naturaleza han abolido la monarquía en la práctica totalidad de los países.
La gente de esta era se ha degradado tanto que por una parte prohíben la poligamia, y por otra parte acosan constantemente a las mujeres. Hay muchos anuncios publicitarios de clubs y establecimientos en los que pueden encontrarse jóvenes semidesnudas. En la sociedad actual, las mujeres se han convertido en instrumentos del disfrute de los sentidos. Los Vedas, sin embargo, ordenan que cuando un hombre tiene la tendencia a disfrutar de más de una esposa, como ocurre a veces en las órdenes sociales superiores, como los brāhmaṇas, kṣatriyas y vaiśyas, e incluso a veces, en los śūdras, a ese hombre se le permite casarse con más de una esposa. Matrimonio significa hacerse cargo por completo de una mujer y vivir en paz, sin libertinaje. En la actualidad, sin embargo, el libertinaje es completo. Aun así, la sociedad promulga una ley que prohíbe casarse con más de una esposa. Eso es típico de una sociedad demoníaca.