Text 64
nānubhūtaṁ kva cānena
dehenādṛṣṭam aśrutam
kadācid upalabhyeta
yad rūpaṁ yādṛg ātmani
na—nunca; anubhūtam—experimentadas; kva—en ningún momento; ca—también; anena dehena—con este cuerpo; adṛṣṭam—nunca vistas; aśrutam—nunca oídas; kadācit—a veces; upalabhyeta—pueden experimentarse; yat—que; rūpam—forma; yādṛk—cualquier clase; ātmani—en la mente.
A veces, de repente, tenemos experiencia de algo que nunca antes hemos experimentado en nuestro cuerpo actual, ni con la vista ni con el oído. A veces esas cosas aparecen de pronto en los sueños.
SIGNIFICADO: Cuando soñamos, a veces vemos cosas que nunca hemos experimentado en nuestro cuerpo actual. A veces, soñando, creemos volar por el cielo, aunque nunca hemos vivido la experiencia de volar. Esto significa que alguna vez, en alguna vida anterior, ya fuese como semidioses o como astronautas, hemos volado por el cielo. La impresión se almacena en la mente, y repentinamente, se expresa. Es como una fermentación en el fondo de un estanque, que a veces se manifiesta en su superficie en forma de burbujas. A veces soñamos que vamos a un lugar del que nunca hemos tenido experiencia y que no hemos conocido en esta vida, pero eso es prueba de que ese lugar formó parte de nuestra experiencia en una vida pasada. La mente conserva esa impresión, y a veces se manifiesta, ya sea en sueños o en el pensamiento. La conclusión es que la mente es un almacén en que se depositan diversos pensamientos y experiencias que hemos vivido en vidas pasadas. De ese modo, hay una cadena que se continúa de una vida a otra, de las vidas anteriores a la actual, y de esta a vidas futuras. Esto se demuestra también en las ocasiones en que se dice de alguien que es un poeta, un científico o un devoto nato. Si pensamos en Kṛṣṇa constantemente, como Mahārāja Ambarīṣa (sa vai manaḥ kṛṣṇa-padāravindayoḥ), es seguro que en el momento de la muerte nos elevaremos hasta el reino de Dios. Incluso si no logramos el éxito completo en nuestro intento, en la siguiente vida seguiremos cultivando nuestra conciencia de Kṛṣṇa. Esto se confirma en el Bhagavad-gītā (6.41):
prāpya puṇya-kṛtāṁ lokān
uṣitvā śāśvatīḥ samāḥ
śucīnāṁ śrīmatāṁ gehe
yoga-bhraṣṭo ’bhijāyate
«Después de muchísimos años de disfrute en los planetas de las entidades vivientes piadosas, el yogī que fracasa nace en una familia de personas virtuosas, o en una familia de la rica aristocracia».
Si seguimos estrictamente los principios de la meditación en Kṛṣṇa, no cabe duda de que en nuestra siguiente vida nos elevaremos hasta Kṛṣṇaloka, Goloka Vṛndāvana.