Text 65
tenāsya tādṛśaṁ rājaḻ
liṅgino deha-sambhavam
śraddhatsvānanubhūto ’rtho
na manaḥ spraṣṭum arhati
tena—por lo tanto; asya—de la entidad viviente; tādṛśam—como eso; rājan—¡oh, rey!; liṅginaḥ—que tiene una cubierta mental sutil; deha-sambhavam—producida en un cuerpo anterior; śraddhatsva—acéptalo como un hecho; ananubhūtaḥ—no percibida; arthaḥ—una cosa; na—nunca; manaḥ—en la mente; spraṣṭum—manifestar; arhati—puede.
Por lo tanto, mi querido rey, la entidad viviente, que tiene una cubierta mental sutil, manifiesta todo tipo de pensamientos e imágenes debido a su cuerpo anterior. Puedes estar seguro de que lo que te digo es cierto. La mente no tiene posibilidad de inventar nada que no haya percibido en su cuerpo anterior.
kṛṣṇa-bahirmukha hañā bhoga-vāñchā kare
nikaṭa-stha māyā tāre jāpaṭiyā dhare
(Prema-vivarta)
En realidad, la Suprema Personalidad de Dios, Kṛṣṇa, es el disfrutador supremo. La entidad viviente, cuando desea imitarle, recibe la oportunidad de satisfacer su ilusorio deseo de enseñorearse de la naturaleza material. Ese es el principio de su caída. Mientras permanece en la atmósfera material, dispone de un vehículo sutil, la mente, que es el depósito de toda clase de deseos materiales. Esos deseos se manifiestan en distintas formas corporales. Como autoridad que es, Śrīla Nārada Muni pide al rey que acepte este hecho basándose en su testimonio. La conclusión es que la mente es el almacén de nuestros deseos pasados, y el cuerpo que ahora tenemos se lo debemos a nuestros deseos pasados. De manera similar, todo lo que deseemos en nuestro cuerpo actual se expresará en un cuerpo futuro. De esta forma, la mente es fuente de distintas clases de cuerpos.
Si purificamos la mente haciéndola consciente de Kṛṣṇa, de modo natural en el futuro recibiremos un cuerpo espiritual pleno de conciencia de Kṛṣṇa. Ese cuerpo es nuestra forma original, como confirma Śrī Caitanya Mahāprabhu: jīvera ‘svarūpa’ haya—kṛṣṇera ‘nitya-dāsa’: «Toda entidad viviente es, por constitución, un sirviente eterno de Kṛṣṇa». A la persona que se ocupa en el servicio devocional del Señor se la debe considerar un alma liberada incluso en esta vida. Esto lo confirma Śrīla Rūpa Gosvāmī:
īhā yasya harer dāsye
karmaṇā manasā girā
nikhilāsv apy avasthāsu
jīvan-muktaḥ sa ucyate
«A quien se ocupa en el servicio trascendental del Señor con el cuerpo, la mente y las palabras, se le debe considerar liberado en todas las condiciones de la existencia material» (Bhakti-rasāmṛta-sindhu 1.2.187). Ese es el principio en que se basa el movimiento para la conciencia de Kṛṣṇa. Debemos enseñar a la gente la manera de absorberse constantemente en el servicio del Señor, pues esa es su posición natural. A la persona que está siempre sirviendo al Señor se la considera liberada. Esto se confirma también en el Bhagavad-gītā (14.26):
māṁ ca yo ’vyabhicāreṇa
bhakti-yogena sevate
sa guṇān samatītyaitān
brahma-bhūyāya kalpate
«Aquel que está siempre ocupado en las actividades espirituales del servicio devocional puro y sin mezclas, trasciende de inmediato las modalidades de la naturaleza material y se eleva al plano espiritual». El devoto, por lo tanto, está por encima de las tres modalidades de la naturaleza material y es trascendental incluso al nivel de brāhmaṇa. Un brāhmaṇa puede verse influenciado por las dos modalidades más bajas, rajo-guṇa y tamo-guṇa. El devoto puro, que está completamente libre de los deseos materiales que se experimentan en el plano mental, y que está también libre de la especulación filosófica empírica y de las actividades fruitivas, está siempre por encima del condicionamiento material, y siempre está liberado.