Text 15
īśābhisṛṣṭaṁ hy avarundhmahe ’ṅga
duḥkhaṁ sukhaṁ vā guṇa-karma-saṅgāt
āsthāya tat tad yad ayuṅkta nāthaś
cakṣuṣmatāndhā iva nīyamānāḥ
īśa-abhisṛṣṭam—creado o dado por el Señor; hi—ciertamente; avarundhmahe—tenemos que aceptar; aṅga—mi querido Priyavrata; duḥkham—aflicción; sukham—felicidad; vā—o; guṇa-karma—con cualidad y actividad; saṅgāt—por contacto;āsthāya—situados en; tat tat—esa condición; yat—cuerpo que; ayuṅkta—Él dio; nāthaḥ—el Señor Supremo; cakṣuṣmatā—por una persona con ojos; andhāḥ—hombres ciegos; iva—como; nīyamānāḥ—guiados.
Mi querido Priyavrata, la Suprema Personalidad de Dios, conforme a nuestra relación con las modalidades de la naturaleza material, nos da a cada uno un determinado cuerpo, junto con la felicidad y la aflicción que nos corresponden. Por lo tanto, debemos permanecer en nuestra posición y dejarnos guiar por la Suprema Personalidad de Dios, exactamente igual que un ciego se deja guiar por otra persona que tiene ojos para ver.
SIGNIFICADO: Nadie puede evitar por medios materiales la felicidad y la aflicción que su cuerpo tiene asignadas. Hay 8 400 000 formas corporales, y cada una de ellas está destinada a disfrutar y a sufrir de una cierta cantidad de felicidad y de aflicción. Nosotros no podemos cambiarlo, pues la Suprema Personalidad de Dios, por cuya decisión hemos recibido un determinado cuerpo, es quien determina la felicidad y la aflicción de ese cuerpo. No podemos eludir el plan del Dios Supremo, y, por consiguiente, debemos dejarnos guiar por Él, como ciegos guiados por una persona que goza del don de la vista. En toda circunstancia, si permanecemos en la condición que el Señor Supremo nos ha asignado y seguimos Sus instrucciones, lograremos la perfección. El principal objetivo de la vida es seguir las instrucciones de la Suprema Personalidad de Dios. Esas instrucciones constituyen nuestra religión, nuestro deber prescrito.
Por esa razón, el Señor Kṛṣṇa dice en el Bhagavad-gītā: sarva-dharmān parityajya mām ekaṁ śaraṇaṁ vraja:«Abandona toda otra ocupación. Sencillamente entrégate a Mí y sígueme» (Bg. 18.66). El proceso de entrega que consiste en seguir las instrucciones de la Suprema Personalidad de Dios no va dirigido a ningún credo ni a ninguna casta en particular. Todos pueden entregarse, tanto brāhmaṇas como kṣatriyas, vaiśyas y śūdras. Todo el mundo puede adoptar este proceso. Como se afirma en este verso: cakṣuṣmatāndhā iva nīyamānāḥ: Hay que seguir al Señor del mismo modo que el ciego sigue al que puede ver. Si seguimos a la Suprema Personalidad de Dios y acatamos las directrices que nos da en los Vedas y en el Bhagavad-gītā, alcanzaremos el éxito en la vida. Por esa razón, el Señor dice:
man-manā bhava mad-bhakto
mad-yājī māṁ namaskuru
mām evaiṣyasi satyaṁ te
pratijāne priyo ’si me
«Piensa siempre en Mí, sé Mi devoto, ofréceme respeto y reverencia. De ese modo vendrás, sin duda alguna, de regreso al hogar, de vuelta a Dios. Yo te prometo esto porque tú eres Mi muy querido amigo» (Bg. 18.65). Esta instrucción va dirigida a todos, sean brāhmaṇas, kṣatriyas, vaiśyas, o śūdras. Todo componente de esas divisiones sociales que se entregue a la Suprema Personalidad de Dios y siga Sus instrucciones, logrará el éxito en la vida.
En el verso anterior se ha dado la analogía de los bueyes que tiran de un carro siguiendo a su conductor. Los bueyes, completamente sumisos al carretero, se quedan donde él desee dejarlos, y comen lo que él quiera darles de comer. De manera similar, nosotros, si estamos completamente entregados a la Suprema Personalidad de Dios, no debemos anhelar la felicidad, ni lamentar los sufrimientos; debemos sentirnos satisfechos con la posición que el Señor nos haya asignado. Debemos seguir el sendero del servicio devocional sin sentirnos insatisfechos con la felicidad y la aflicción que Él nos haya dado. Bajo la influencia de las modalidades materiales de la pasión y la ignorancia, la gente no suele comprender el plan de la Suprema Personalidad de Dios al crear 8 400 000 especies de vida; la forma humana, sin embargo, nos confiere el privilegio especial de poder entender ese plan, y nos permite ocuparnos en servicio devocional y elevarnos hasta la posición más elevada y perfecta, siguiendo las instrucciones del Señor. El mundo entero funciona bajo la influencia de las modalidades de la naturaleza material, especialmente bajo la influencia de la ignorancia y de la pasión; pero cuando la gente se ocupe en escuchar y cantar las glorias del Señor Supremo, podrán alcanzar el éxito en la vida y elevarse al nivel de perfección más elevado. Por esa razón, en el Bṛhan-nāradīya Purāṇa se dice:
harer nāma harer nāma
harer nāmaiva kevalam
kalau nāsty eva nāsty eva
nāsty eva gatir anyathā
«En la era de Kali, para alcanzar la perfección espiritual no hay otro camino, no hay otro camino, no hay otro camino que el canto del santo nombre, el canto del santo nombre, el canto del santo nombre del Señor». Todo el mundo debe recibir la oportunidad de escuchar los santos nombres de la Suprema Personalidad de Dios, ya que de ese modo podrán llegar poco a poco a comprender su verdadera posición en la vida y elevarse hasta la posición trascendental que está por encima de la modalidad de la bondad. Esto acabará con todos los obstáculos que impiden su progreso. En conclusión, por lo tanto, debemos sentirnos satisfechos con la posición en que la Suprema Personalidad de Dios nos haya situado, y debemos tratar de ocuparnos en Su servicio devocional. De ese modo lograremos el éxito en la vida.